sin punto y pelota

Del yihadismo africano a Barbate

Lo decía la corajuda fiscal antidroga de Cádiz: las mismas redes llevan a inmigrantes que fardos de chocolate

El pantano de la burocracia

Sumisión

Una zodiac enclenque con unos héroes con un gran sentido del servicio público frente a unos canallas en narcolancha. Casi todo escrito sobre Barbate, salvo lo más importante: qué pasó para qué se desmantelara el OCON-Sur, el dispositivo que puso en marcha David Oliva, el guardia civil que enderezó Barbate en el 2000 ... y que le estaba dando duro a los clanes del campo de Gibraltar, acusado él mismo ahora de corrupción. Lo fácil es caer en tromba sobre el alcalde de La Línea cuando plantea si no sería mejor legalizar el cannabis. Insensible. Lumbrera. Ya saben, la imposibilidad de mantener un debate sosegado en esta era de memes y memos. Pero en las mismas redes que nos polarizan hay huella de otros debates posibles. Ahí está uno de 1995 en un programa de Ángel Casas, Los unos y los otros, con posturas a favor y en contra de la propuesta del alcalde linense. Añorado Escohotado a favor, claro, que pregunta al empezar por el resultado global de esta guerra contra la droga.

¿Vamos ganando? ¿Consumimos menos droga y hay menos delincuencia asociada a su tráfico? Nos podemos hacer la pregunta madre de todas las conspiraciones y, también, de cualquier análisis: Cui Bono que dijera Cicerón. ¿Tiene Occidente enemigos? Pasada aquella euforia de Fukuyama y del fin de su historia, deberemos concluir que sí y que son poderosos, como nos demuestra Putin en Ucrania. ¿Qué tiene que ver la droga con los anhelos de doblegarnos de nuestros enemigos? Para que se les ponga el cuerpo regular, les recomiendo una conferencia de Josep Baqués, La otra guerra de Ucrania, disponible en Youtube. Allí, el académico y experto en geopolítica y seguridad explica cómo la presencia de Rusia en el Sahel es cada vez más potente, ahora con la renombrada Africa Corps, antigua Wagner y añade explicaciones sobre la alianza entre los yihadistas de la zona con los narcotraficantes hispanoamericanos, que llevan parte de su carga a Libia, ese gran éxito de intervención de la OTAN y de Obama. Los yihadistas africanos –que asesinan a centenares de cristianos en Nigeria sin estupor occidental– no son genios: imitan lo que hicieron los talibanes, que ahí están, en el poder, machacando a esas niñas y mujeres que cambiarían todas las microagresiones de las feministas victimistas españolas por su infierno.

La droga se mezcla muy bien con la inmigración ilegal. Lo decía el otro día la corajuda fiscal antidroga de Cádiz, Ana Villagómez: las mismas redes llevan a inmigrantes que fardos de chocolate. La inmigración es el asunto que más va a desestabilizar las elecciones occidentales. Aquí, la que llega de Marruecos, por ejemplo, potencia exportadora de cannabis y, ahora, de aviones patera. Por no hablar de cómo trabajan de bien inmigración y droga en la frontera mexicana con EEUU, con recurrentes acusaciones de mezcla de dinero narco en la política. Podríamos seguir muchos folios más. No, no vamos ganando. Nos pongamos como nos pongamos con el alcalde de La Línea.

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