sin punto y pelota
El último Kennedy en liza
A los disidentes los entrevistan sólo supuestos radicales en la Fox
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Iniciar sesiónEthel Kennedy, la viuda de Bobby, vive y acaba de cumplir 95 años, sólo unos días después de que uno de sus once hijos, Robert, anunciara que se presenta a las primarias del Partido Demócrata para las presidenciales de EE.UU. Fue el 19 de ... abril, en el hotel Boston Park Plaza, en una ciudad clave para una familia que es lo más parecido que ha tenido EE.UU. a una dinastía real. Un clan de irlandeses católicos que ascendió en la ciudad de los brahmanes más 'wasp', esas otras familias protestantes que presumen de antepasados en el Mayflower, fundadores de Harvard, anfitriones de cenas estupendas en Chestnut Hill que inspiraron a Henry James y que metían a sus parientes locos en el primer psiquiátrico de EE.UU., el McLean, donde podían ingresar con mayordomo, vajilla y cubertería de plata. Los Kennedy eran de otra pasta. Pero se hicieron con un aire de aristocracia sanota y deportista, con un destino trágico, amoríos Marilyn, que gustaba al público de EE.UU., ansioso por seguir las peripecias de los descendientes de dos hermanos, John y Robert, protagonistas de los magnicidios más sonados del siglo XX.
Con esos antecedentes, el anuncio de la candidatura de Kennedy debería haber tenido más repercusión. Pudiera pasar que los medios estadounidenses hayan dado por amortizados a los vástagos, numerosos, del clan. Total, el más guapo de todos, John John, hace mucho que se mató en una avioneta, camino de Marthas Vineyard, ese enclave de lujo muy de izquierda caviar al que el gobernador de Florida mandó hace unos meses autobuses cargados de inmigrantes ilegales. Pudiera ser que Robert Kennedy Jr. sea un ecologista extremo un poco pirado, sin facilidad de palabra, que ha financiado iniciativas contra las vacunas en general y el uso del mercurio en ellas, y no se merezca ningún respeto.
Curiosamente han sido los medios conservadores los que más bola le han dado. Una de las últimas entrevistas de Tucker Carlson antes de que la Fox le despidiera fue a Robert Kennedy Jr., unos minutos en los que hicieron un repaso a la maquinaria de censura puesta en marcha por las Big Tech de la mano del Gobierno federal a cuenta de las medidas y las vacunas para el Covid, además de analizar la estrategia de EE.UU. en Ucrania. Kennedy tiene un libro en el que critica a Anthony Fauci, director del Centro Nacional de Enfermedades Infeccionas durante el Covid, al que responsabiliza de haber promovido confinamientos innecesarios y la obligatoriedad de vacunarse con unos productos desarrollados con escaso tiempo. Desde hace muchos años ha sido crítico con los grandes intereses de la industria farmacéutica, una bandera que solía ser de izquierdas. Ahora, sin embargo, para tener carné fetén de progresista debes pensar que los organismos reguladores son inmunes a los 'lobbies' de la Big Pharma. A los disidentes los entrevistan sólo supuestos radicales de derechas en la Fox y en plataformas independientes. Llamarse Robert Kennedy jr ya no es garantía de cobertura mediática, a no ser que sea para tacharle de magufo terraplanista negacionista. Puede que se lo merezca. Puede que no. Pero ojalá haya debate.
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