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sin punto y pelota

La Susana y la España que pudo ser

A Susana Díaz le gusta hablar más en las tertulias de tele y radio que en el Senado, donde cobra un sueldo

Inmaculada Concepción

Un país sin mantenimiento

Berta González de Vega

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Pudo haber habido otra Susana Díaz y podríamos no estar donde estamos. Según las noticias de ABC, las primarias que perdió contra Juan Espadas fueron un pucherazo y ella se calló. Fue al juzgado, callada, y retiró la denuncia, callada. Y a Susana Díaz le ... gusta hablar. Más en las tertulias de tele y radio que en el Senado, donde cobra un sueldo y apenas abre la boca. En el Senado la colocó Juan Espadas, por representación de Andalucía, y allí está tan callada como cuando fue testigo de lo que era capaz de hacer la banda del Peugeot para controlar la Andalucía socialista menguante, promesas de puestos de trabajo incluidas a cambio de votos. A ella, a la postre, también le ofrecieron uno, en el Senado. Ni mu de aquello. Ahora, cuando se han sabido aquellas hechuras de pucherazo, con afiliaciones falsas, la expresidenta de la Junta sí ha hablado y lo que ha dicho, aunque me escriba media columna, merece ser analizado. Si es con el ejemplar de 'Ética para valientes', del sevillano David Cerdá, cerca, mejor.

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