sin punto y pelota
Profesores y alumnos
Ferraz es su acampada de Sol, saborean la adrenalina de las porras de los antidisturbios, se ven corriendo delante de los grises
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Iniciar sesiónUn rebelde necesita algo contra lo que rebelarse, perdón por la obviedad, y estas semanas dejan claro que, en la Universidad, el poder de los rectores, de los decanos, de los sindicatos de estudiantes está con el poder sanchista, constructor de muros. Casi nadie se ha movido en los campus en contra de la amnistía ... pactada con el fugado Puigdemont, que tiene ahora a Sánchez en libertad condicional. Unos cuantos alumnos en las puertas de algunas facultades de Derecho, de donde han salido 600 firmas de profesores en un manifiesto. Pocos, por cierto, de Derecho Constitucional, rama en la que es doctora Carmen Calvo. La inmensa mayoría de los claustros ha decidido no significarse políticamente, en un alarde de ausencia de pensamiento propio y de apuntalamiento del único. Si un compañero saca la amnistía en un café, se suele escurrir el bulto. En campus como el de la Autónoma de Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo y los alumnos de S'ha Acabat se abrieron paso entre empujones e insultos, contraviniendo las indicaciones de unos responsables universitarios que les pidieron entrar de tapadillo.
A la Universidad se le ha pasado el arroz rebelde, porque llevan décadas identificando a los contraculturales con la izquierda más rancia, la misma que aupó a Pablo Iglesias, salido de su laboratorio de ideas, hasta una vicepresidencia del Gobierno de la que se aburrió, porque la burocracia es más tediosa que la pancarta. La burocracia universitaria la dominan más, lo mismo para darle una beca a Errejón que para blindar departamentos endogámicos. Por eso, los jovencitos con hormonas disparadas se percatan de quién tiene el poder y la cobardía y agitan las movilizaciones de Ferraz, tan a mano de la ciudad universitaria y de pisos compartidos. Que los jóvenes de derechas son los nuevos 'punkies' está bastante descrito, incluso con libro: 'Ser conservador es el nuevo punk'. Son los que manejan la carcajada y el humor, como se pudo ver con las muñecas hinchables frente a la sede del PSOE o con el envío de cenas para los que mantienen ese fuerte desde hace 19 noches. Hace un par de ellas multaron a Bertrand Ndongo, conocido como 'el Negro de Vox', el mismo que hizo viral con Sofía Rincón el rap 'Superfacha'. Ferraz es su acampada de Sol, saborean la adrenalina de las porras de los antidisturbios, se ven corriendo delante de los grises. Como en aquellas facultades de sus abuelos. En las de ahora, silencio. «Nadie quiere que le señalen como facha», me cuenta un profesor. Algunos de sus alumnos aplauden rezar el rosario, portan la cruz de Borgoña y leen poemas épicos por la unidad de España, todo más contracultural que la bandera gay. Rebeldes que han encontrado una causa. Los rectores callan. Y otorgan. En la web de la Conferencia de Rectores hay dos comunicados: Ucrania y Palestina. En la nueva ley universitaria se dictaminó que los claustros podrían alejarse de la neutralidad política, pero pensaban solo en Cataluña. Tener opinión en el resto de España les significa y ellos son grises. Ph neutro para enjabonar al poder.
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