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sin punto y pelota

Derivadas de selectividad

Las únicas derivadas con drama en la selectividad pueden tener remedio y no lo tiene la incapacidad de nuestros políticos para seleccionar agendas

Fraudillo I de España

Instinto básico

Berta González de Vega

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Puede que los ponentes andaluces del examen de Matemáticas II de la PAU –selectividad para los que hicimos COU– se hayan pasado. Pero el resultado de su examen, más allá de las décimas que dejarán a unos u otros dentro o fuera de sus ... dobles grados o Medicina, es desolador para los padres de la escuela del 'stiff upper lip' –temazo de AC/DC–, como los ingleses llaman a la necesidad de contener la emoción y no dar pena. «Dientes, dientes», en traducción de la Pantoja. Esos padres convivimos con los que se han apresurado a impugnar el examen, los que han reforzado la idea a sus hijos de que el mundo es muy injusto y no puede ser porque ellos, sus hijos, se van a quedar sin entrar en la primera opción de un grado que les impulsará a un cielo de satisfacciones laborales. Y no. A estas alturas cualquiera sabe que la vida va más de actitud que de título. Que, igual que cuando son pequeños, se caen y les decimos «arriba, que no ha sido nada», pese a la rodilla ensangrentada, ahora toca explicarles que la prueba habrá sido igual de complicada para todos, que la vida puede ser una mierda –lema de camisetas de Torremolinos hace 30 años– y que no se quejaban cuando les inflaban las notas de Bachillerato.

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