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El Recuadro

Silencio para Alana

Los suicidios no se publicaban por su peligroso y contagioso efecto llamada

Antonio Burgos

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En cada telediario, en cada informativo de radio, más desagradables detalles sobre las cuestiones más desagradables de cómo fue o cómo pudo ser el suicidio de Alana, la chica de 12 años que con su hermana gemela Leila se tiró desde el balcón de su ... casa en un tercer piso, en Sallent (Barcelona). Añoro aquellos tiempos en que los suicidios no se publicaban por su peligroso y contagioso efecto llamada. Y ahora no sólo no se sigue aquella deontología, sino que se dan todo tipo de detalles sobre los suicidas. Sobre todo en los casos del padre, o de la pareja, o del exmarido que mata a su mujer en un caso de machista violencia de género, cuando no lo hace con uno de los hijos delante y después se pega un tiro. Y se detallan todas las circunstancias, ampliándolas además en cada nuevo telediario. Está o no la ley del 'sí es sí' por medio, o es asunto de la ley 'trans«' como parece el caso de las gemelas de Sallent, pero se informa de los suicidios e incluso de sus estadísticas anuales con una frialdad rayana en la inhumanidad. Como lo más natural del mundo se dan todos los detalles de un salvaje crimen machista y se añade el consabido colofón: »Y después el agresor se suicidó·

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