El Falcon ahora no toca

Es como las medidas para prohibir las conexiones aéreas entre ciudades que estén unidas por un ferrocarril que tarde menos de dos horas y media en llegar. Lo anuncian sabiendo que nunca se llevará a cabo, que todo es un brindis al sol ecologista que ha entrado con el pacto con Yolanda. No han consultado con nadie, no han preguntado a nadie. Y todo en el momento en que el AVE tiene más averías, más retrasos, más roturas de catenarias y más trenes parados en medio del campo. A un AVE sobrecargado que hace mucho perdió su prestigio de puntualidad y de eficacia, ¿quién le asegura que va a tardar menos de dos horas y media? ¿Van a absorber encima en estas circunstancias a todos los viajeros procedentes de los vuelos que suprimen a causa de la coincidencia de itinerario? Tan descabellada es la idea como si se suprimiera todo el transporte público de superficie por los trayectos por donde pase por debajo un Metro. ¿Iba a poder absorber el Metro esa cantidad de viajeros? Del mismo modo, ¿va a poder asumir el tren de alta velocidad todos los miles de viajeros que les lleguen desde las líneas aéreas suprimidas? No todas, claro. Ya han dicho que a los catalanes no les quitan el veterano puente aéreo Madrid-Barcelona, ¡faltaría más! El puente aéreo, por lo visto, como no sabemos nada de los contenidos y los detalles, entra en el paquete de la amnistía, o en los futuros de la autodeterminación y de los referéndums, «volveremos a hacerlo».

Suprimir los vuelos cortos con Madrid es una molestia para los que han de tomar allí enlaces internacionales, pero eso no importa. Aquí no se gobierna pensando en los contribuyentes, sino en los contribuidos con sus caprichos y chorradas que les pagamos todos, cual el interés diario de la deuda. Lo del vuelo con Madrid, el puente aéreo y los catalanes es la señal de que los españoles ya no somos iguales. Sevilla pedía un vuelo directo a Nueva York, y en lugar de eso le quitan el de Madrid. Ah, y el Falcon no entra en la norma. Ni el helicóptero desde Moncloa a Torrejón. Tengan en cuenta que el Falcon no quema queroseno, sino dinero de los contribuyentes, que no contamina.