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la tercera

Vocación docente

«El 'efecto Pigmalión' muestra que cuando los estudiantes perciben que su profesor confía en ellos, rinden más: se enseña más materia, hay más preguntas y se genera un diálogo entre el docente y sus discentes»

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Aniceto Masferrer

Descubrir mi vocación docente –hace ya tres décadas– fue una de las experiencias más bellas y decisivas de mi vida. Quien así se siente, jamás piensa que lo conoce ya todo, ni se ve mejor que sus colegas, porque sabe que la cumplida realización de ... esa tarea excede sus propias fuerzas. Conozco las deficiencias del sistema universitario, así como las carencias de los estudiantes de hoy, consecuencia de una educación que no fomenta el gusto por la lectura y la escritura, ni enseña a pensar por uno mismo y a expresarse en público, ni potencia la memoria, imprescindible para argumentar, razonar y relacionar realidades e ideas diversas. El docente universitario no es necesariamente un psicólogo ni debe ejercer como tal, pero le conviene conocer bien su auditorio si quiere enseñar o dialogar, porque el binomio enseñanza-aprendizaje se sustenta en una actividad dialógica: el docente no logra enseñar si el estudiante no quiere aprender. Mi experiencia docente me ha demostrado que existen cinco claves fundamentales que permiten superar las actuales carencias del estudiante.

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