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LA TERCERA

El peso de la culpa

Tratar de borrar la culpa con el silencio o con la indiferencia es ingenuo y, en muchos casos, injusto. Esto resulta especialmente grave en la esfera social y política

Humanitarismo selectivo

Theodor Herzl en Gaza

NIETO

Aniceto Masferrer

Vivir con el peso de la culpa es una de las cargas más pesadas que el ser humano puede arrastrar. Hay personas que podrían vivir con paz, pero la tendencia a culpabilizarse les encierra en una fatiga existencial que desgasta la relación consigo mismas, con los demás y con el mundo que las rodea. ... El problema no radica tanto en la existencia de la culpa como realidad humana –pues surge inevitablemente cuando la conciencia nos recuerda que no hemos actuado como deberíamos–, sino en el modo en que gestionamos esa experiencia interior. No en vano, san Agustín afirmaba que «la culpa es el peso del alma: nos inclina hacia abajo y no nos deja volar». Dostoievski, por su parte, advertía que «no hay castigo más terrible que una conciencia culpable», mientras que Camus recordaba que «el hombre culpable se condena dos veces: por el acto y por no saber perdonarse». Estas tres intuiciones expresan de manera distinta una misma verdad: la culpa, cuando no se maneja bien, se convierte en una cadena que inmoviliza al ser humano.

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