EN CLAVE DE TRON
Venezuela
De los 30 millones de venezolanos, más de nueve han huido de su patria, el 30 por ciento
El diputado de la chistorra
Begoña Gómez
María Corina Machado ha sigo galardonada con el Nobel de la Paz como bandera de los millones de venezolanos que han emigrado huyendo del régimen chavista, bajo el silencio repugnante de gobiernos como el de España. María Corina recibe el premio por sus compatriotas que ... mueren de hambre en la calle o por las torturas en el Helicoide. Y se nos ha olvidado Venezuela. No nos acordamos del pucherazo de hace un año, ni nos fijamos en los negocios de Zapatero o en los golfos amigotes de Delcy Rodríguez. Y aún hay que soportar los escupitajos del tal Pablo Iglesias.
María Corina recibe el premio en nombre de los miles y miles de venezolanas prostituidas tras cruzar el puente Simón Bolívar. Jamás olvidaré la humillación de Rosalía que llorando me dijo: «Con mucha tristeza, esperemos que Venezuela se levante pronto... solo pedimos eso a nuestro país».
María Corina recibe el premio por las familias que conocí en el peligroso barrio de San Bernardo, en Bogotá. Es Jessica: «Me dejaron ocho días esposada, con el periodo. Me hice pipí, popó, me deshidraté, ocho días sin bañarme, me quemé todas mis partes íntimas y me salían gusanos...»
María Corina recibe el premio por esa legión de desesperados que cruzan el golfo de Urabá camino del infierno de la selva del Darién, como Poli y Cati: «Más que todo agua para poder cruzar la selva porque mucha gente se queda allí. Porque si te quedas atrás del grupo, el grupo te deja. Tenemos la ilusión de tener un mejor futuro y, aunque asuste, nos tocará cruzar».
Nos hemos olvidado, pues, de Venezuela. Y no tenemos derecho a olvidar el horror allá, ni en Cuba o Nicaragua. Por historia y porque la Hispanidad es verdad. Y me vienen a la memoria el bueno de Vilca, narrando el terror del Helicoide y las descargas eléctricas en sus testículos. O aquella anciana en La Parada (Cúcuta) cargando una bolsa con arroz con pollo para sus nietos que esperaban hambrientos en San Cristóbal (Venezuela). O aquella chica que me ofreció sexo oral por dos dólares con los que intentaría comprar un trozo de jabón o unos pañales para volver a Venezuela, al otro lado del puente. Aquella chica con la piel y los ojos de color madera también ha ganado el premio que recogerá, en su nombre, María Corina Machado.
Yo mismo se lo pude preguntar a la Nobel de la Paz hace unas semanas: «Maduro nunca ha estado tan débil como está hoy, Ángel, esta represión desatada es una evidencia de su debilidad. No les queda nada, sino sembrar terror».
Y me avergüenzo profundamente del silencio de Pedro Sánchez y del Gobierno. Como de la complicidad interesada y el cinismo de Rodríguez Zapatero o la verborrea repugnante de Pablo Iglesias (un don nadie) y sus súbditas.
PD: La población de Venezuela casi llegaba a los 30 millones de personas en 2024. En los últimos años, más de nueve han huido de su patria. El 30 por ciento.