EN CLAVE DE TRON
Barbate, un año después
Desde Gibraltar hasta el Guadalquivir, los narcos humillan al Estado ante unos guardias civiles sin medios ni consideración
Muy chulitos contra Díaz Ayuso...
Lo del hermano es surrealista
Hace exactamente un año, varias lanchas de narcotraficantes con sus apoyos, chivatos y distribuidores en tierra, se dispusieron a montar una juerga popular con unos cuantos 'monigotes' vestidos de verde. Alguien alertó de la presencia en el puerto de Barbate de unas cuantas embarcaciones ... con motores fuera borda que se habían refugiado de la mala mar aquel viernes. El mando correspondiente ordenó a una mísera zódiac de la Guardia Civil que se desplazara por carretera hasta el puerto. Se mascaba la tragedia desde el primer momento. En cuanto la lancha neumática tocó el agua... empezó la fiesta. Noche cerrada. Los narcos, jaleados por jóvenes desde el dique y el aparcamiento, empezaron la fiesta.
Mientras los guardias civiles veían, literalmente, cómo se acercaba la muerte, decenas de chicos animaban como en un partido de fútbol. Hasta que la lancha del tal Karim El Baqqali pasó por encima de David y Miguel Ángel y los destrozó.
A las pocas horas entré en el bar de ese puerto de Barbate. Un lugar bajo la ley del silencio donde todos conocían a todos. Aún recuerdo las señales con los ojos, las miradas entre el personal al vernos entrar y cómo, al sacar un teléfono, desde la barra del bar uno gritó: «¡No se te ocurrirá. No estarás grabando!» Fue como entrar en una escena de una película de mafiosos, encubridores y héroes. A la vez, en la puerta del bar, parejas de muchachos de la zona se iban turnando, patrullando, para observar quiénes entrábamos al puerto o quién se alejaba.
Un año después se me repiten las preguntas. Muchas de ellas retóricas, otras sin respuesta, alguna repugnante: ¿Alguien duda de que aquellas órdenes fueron un absoluto error... que mandaron a esos guardias al matadero? ¿Cómo calificamos la actitud de Marlaska en el funeral hace un año? ¿Cómo es posible que toda esa comarca no sea declarada «especial», de «emergencia» o catastrófica? Y los guardias civiles siguen sin medios, vendidos, sin consideración ni respeto.
Hace un año, en todo aquel litoral atlántico de la provincia de Cádiz no había una sola patrullera en servicio. De ahí que mandaran al matadero aquella miserable zódiac. Hoy, un año después de la tragedia, hay tres. Sólo tres para más de 150 kilómetros de costa desde Gibraltar hasta la desembocadura del Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda. Pasando por Tarifa, Barbate, Los Caños, El Palmar, Conil, Chiclana, San Fernando, Cádiz, El Puerto de Santa María, Rota, Chipiona, Doñana y, si me apuras, así hasta Sevilla. Y ni la Policía ni la Guardia Civil son reconocidas profesiones de riesgo. ¡Qué vergüenza! ¡Y qué desprecio!
PD: recuerdo la entrevista en 'La Vanguardia' al ex director general Leonardo Marcos, «espatarrao» y sobrado en un sillón, mientras las familias de David y Miguel lloraban, como siguen llorando. Un exdirector premiado con un puestazo en la Embajada de España en Estados Unidos.
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