BALA PERDIDA
La mamá de Gabriel
Una madre cumple, desamparadamente, de policía de su propio dolor
Modos de ser español
La tarumbancia
Patricia Ramírez, madre del niño Gabriel, ha montado una rueda de prensa para publicitar que vive bajo la amenaza de la asesina de su crío, que es una reclusa en curso que usa móvil. De arranque, que una madre amantísima, y tan malherida, tenga ... que preparar a solas un informativo para orear al público circunstancias escalofriantes, es un fracaso de nuestro sistema penal, en particular, de la administración, en general. Patricia no sólo arrastra en la vida la desgarradura de que una tal Ana Julia matara a su hijo sino que ésta, desde la cárcel, le avise con amenazas mientras va haciendo a ratos retales de grabación de móvil, para un futuro documental o similar, con ella de protagonista. Para tales alegrías se ha servido de la complicidad de algún funcionario, con quien hubo trueque sexual, y de su propia novia –la novia de ella, no del funcionario–, porque en la cárcel, si te espabilas, no sólo te filmas en secreto y a deshoras un capítulo de cinexín digital sino que hasta te da tiempo a pillar novia enrollada. Rueda, por rachas, el tópico de que hay otros mundos, que están en este, y eso nos sirve ahora, por veracísimo, para ir esclareciendo este caso que ya fue un culebrón en directo de la tele, en su momento, con Ana Julia de homicida sospechosa, pero aún libre, un culebrón maligno que ahora completa una segunda temporada que aún nadie ha visto, pero que ya nos anticipa Patricia, cuyo carácter de víctima no se acabó cuando la ley dictó prisión permanente para Ana Julia. Ni se acabó ni se alivió, incluso. Estamos, así, ante un spóiler de desesperanza, o miedo, que estalla dentro de una madre que padece cómo una asesina regresa a la vida civil, y al centro de su propia vida, pero sin moverse de la cárcel, donde maneja novia cómplice y complacientes amigos complacidos. Ana Julia es doblemente famosa. Primero, por cometer un crimen de relato, y luego por llevarlo al proyecto de un cine clandestino. Entretanto, una madre cumple, desamparadamente, de policía de su propio dolor.
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