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bala perdida

Una giganta del pasado

Ha resucitado por sorpresa, entre el patetismo de optimista y la chupa de cuero

El bikini, esa talla de la felicidad

Los riesgos del veraneo en familia

Ángel Antonio Herrera

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A caso sea cierto aquello de que «no has de volver a los sitios donde fuiste feliz». Acaso. Desde luego, es seguro que no se ha de volver a las mujeres que nos hicieron felices. Lo digo porque estos días vive por aquí, de gira ... no naufragante, Bonnie Tyler, aquella dorada exótica que nos hizo comprender a los jóvenes, en los ochenta, qué alhaja de tentación es una extranjera. Bonnie se aupaba entonces con la canción 'Total eclipse of the heart', y nos deslumbró, porque era un éxtasis de giganta distinta. Fue la gran extranjera, casi irreal, cuando la mujer era una ensoñación pendiente, y encima sueca. De aquella guapa, que por entonces triunfaba treintañera, sólo quedan los hipnóticos ojos, que son esos ojos insólitos, duros de añil, que prefieren los travestis de póster, y que también tuvo Nadiuska. No queríamos cruzarnos otra vez en la vida con Bonnie Tyler, porque fuimos sus novios, aunque ella nunca se enterara, pero ahora anda en nuestro veraneo, dando conciertos entre incendios, convertida ya en una señora de setenta y varios tacos, como la madre marchitada y marchosilla de la Tyler que amamos tanto. Ha resucitado por sorpresa, entre el patetismo de optimista y la chupa de cuero. No fue, en aquellos alegres ochenta, la esbelta rubia de consenso, pero sí resultó una especie de Rod Steward con corsé, que molaba. Teníamos entonces veinte años, más o menos, y Bonnie traía un erotismo novedoso de vikinga de cardado y cintura operística, cuando aquí aún no habíamos superado a la morena de clavel de toda la vida. Bonnie Tyler, más las dos bigardas de Abba, Frida y Agnetha, nos hicieron de golpe políglotas de la mujer, que no acababa en la agitanada de la copla o en las cantudos del destape. Un amigo de ironía me confesó un día que nunca debimos perdonarle a Valerio Lazarov la resurrección de Carmen Sevilla para los concursos de cacerolas de la tele. Pues eso. Encima, resoma Bonnie Tyler.

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