bala perdida
Bikinis y juzgados
El año acaba cuando ponen a precio los bronceadores y no cuando montan las ofertas de turrones
Sepultura de la elegancia
Robar la intimidad
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEn lo alto del verano, se ve que hay dos modos de avalarse como famoso: o bien el bikini o bien el juzgado. Las redes son el podio de las que tienen un máster en bikinis y las portadas son el podio de aquellos que ... cumplen un bisnes obligado por el juzgado. Los demás quedan para retratados de los premios TP, candidatos al Princesa de Asturias o alguna otra tontuna de estilo semejante. Mira uno en torno y lo que asoma es un álbum de bikinis con famosa dentro, una famosa que unos días es Lola Índigo, o Bad Gyal, y otros días es Dua Lipa, que últimamente gasta bikinis con vistas a algún bigardón de compañía, que suele ser su propio bigardón, Callum Turner. Entre Lola y Bad nos sale todo un largo menú de bikinis que van de Heidi Klum a Eugenia Silva. Por la otra punta, sale un juez, o la UCO, y Montoro o Abalos salen en el telediario de trena. Estamos ante el caso del bikini menguante y la corrupción resurrecta, en general. Ante el caso del bikini como deneí de la fama, y la corrupción como vicio sin siglas. Dirán ustedes que va hilándose aquí una glosa de lencería estival, pero por encima o por debajo está la crónica de la actualidad en vigor, porque cada día nos trae un bikini distinto y el bikini es la noticia de los días que falla la noticia. Como hoy, o casi, porque siempre tenemos a un político pendiente de verse empapelado. Pero el verano es una cacería de bikinis y, de paso, un torneo de bikinis, a ver quién gana más páginas con un único bikini de vivir la vida a bordo del bikini. Se pasó el tiempo del posado, que incluía, incluso, el pareo de Doña Ana Botella, y también murió el tiempo de los trikinis, que ya sólo usa, y poco, Elisabetta Gregoraci, aquella maciza de Flavio Briatore, un sexador de Barbies. La alineación de mujeres famosas, a bordo de un bikini de jirón, se hace nutrida y más bien inacabable, y así acaba el año, porque el año acaba en verano y no en la Navidad. El año acaba cuando ponen a precio los bronceadores y no cuando montan las ofertas de turrones. El grito del momento es dos gritos: viva el bikini, viva el juzgado de guardia.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete