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LA TERCERA

Un viejo, a secas

«Le pregunto qué es lo que más le preocupa. Lo tiene muy claro: «La salud, la enfermedad, la muerte. También, la pensión, la subida de los precios. Y algo que no es fácil decir, me siento viejo porque no entiendo muchos disparates actuales: la memoria histórica; la 'ley Trans'; eso que ahora llaman feminismo; atentar contra las obras de arte...»»

nieto
Andrés Amorós

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A mi amigo Aurelio no le hace ninguna gracia cuando le dicen que él pertenece a la tercera edad; o a la cuarta, para más inri. Tampoco le gusta escuchar que él es un mayor, ni un anciano, ni un abuelo (aunque tenga nietos y ... esté tan orgulloso de ellos). Le dan cien patadas las fórmulas pedantes: senil, añejo, provecto, longevo. Y otras, por su sentido peyorativo: vetusto, obsoleto, fósil, prehistórico, arcaico, decrépito, rancio, gagá, matusalén… Casi se enreda en una pelea cuando un 'moderno' le llamó 'senior' y 'viejenial'. Él quiere ser simplemente un viejo. Y aunque no sea muy religioso, añade: como Dios manda. Hace tiempo que no lo veía. Me enteré de que había muerto Angelines, su compañera de toda la vida. Acudí al funeral, quedamos para tomar un café en el Comercial, como antes solíamos hacer, y contarme cómo le va.

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