CABEZA FRÍA
Sánchez, de apagón
El presidente tardó en comparecer y cuando lo hizo no ofreció ningún tipo de certidumbre
De presidente resiliente a presidente elástico
Sánchez y las nucleares
Ante una situación crítica, sin precedentes y que afecta de lleno a todos los aspectos de la vida cotidiana, los ciudadanos esperamos dos cosas de quienes llevan las riendas del país. La primera, que la normalidad regrese cuanto antes. Aquí el Gobierno puede poner todas ... las medidas que estén en su mano, pero no puede hacer magia. Aún es pronto para saber si la diligencia puesta en solventar el problema fue la adecuada o no. Lo sabremos en los próximos días.
Lo segundo que esperamos sí está en la mano del Gobierno, y es información que nos aporte certidumbre para saber a qué nos enfrentamos y actuar en consecuencia. ¿Cuánto tiempo como máximo estaremos así?, ¿qué planes se están poniendo en marcha?, ¿qué medidas se deben tomar?, y, sobre todo, ¿qué ha pasado o qué se sabe del origen de la crisis? Esta última no es una cuestión menor porque permite al ciudadano ir tomando decisiones acordes a la situación si la crisis se alarga.
Al cierre de esta edición la mayoría de estas incógnitas seguían en el aire, prácticamente diez horas después de haberse producido el apagón. A las dos horas de la caída, Red Eléctrica ofreció una rueda de prensa que no despejó dudas y en la que puso sobre la mesa una previsión de vuelta total a la normalidad de entre seis y diez horas. Pero varios expertos del sector advertían en bajito de que era demasiado optimista. El turno de preguntas puso sobre la mesa lo que la mayoría del país tenía en la cabeza: un ciberataque. Ni se desmintió ni se confirmó.
Poco después, instituciones no nacionales empezaron a ofrecer información sobre lo que pasaba dentro de nuestras fronteras. El operador de la red eléctrica portuguesa achacó el apagón a un raro fenómeno, una «vibración atmosférica reducida». De nuevo, el Gobierno y Red Electrica ni confirmaron ni desmintieron. Después, la Unión Europea descartó el ciberataque. Repitiendo patrón, el Gobierno y Red Eléctrica ni confirmaron ni desmintieron.
A las seis horas de quedarnos sin luz, el presidente del Gobierno retransmitió un mensaje desde La Moncloa, sin preguntas. Es razonable que la prensa no fuera convocada pero la pandemia nos enseñó que pueden enviarse y contestarse cuestiones perfectamente a distancia. Si se quiere. Si esas seis horas hubieran servido para que Sánchez aportara certidumbre y seguridad a los ciudadanos hubieran estado bien invertidas. Pero el jefe del Gobierno ni confirmó, ni desmintió, ni esbozó si quiera cuáles eran las principales hipótesis de trabajo, aunque los medios de comunicación sabíamos ya que el Instituto Nacional de Ciberseguridad seguía valorando la posibilidad de un ciberataque. La sensación que trasladó el presidente es que no conocía el origen del apagón. Teniendo en cuenta que en La Moncloa se encuentra el Departamento de Seguridad Nacional, de ser así, el apagón es más grande de lo que parece.
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