CABEZA FRÍA

El machista Motos y el feminista Iglesias

Al conocer la existencia de denuncias por abuso sexual y callar, el exvicepresidente expuso a otras mujeres a los excesos de Monedero

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«Pablo Motos va a pasar a la historia como la figura popular encarnadora del machismo». ¿Recuerdan esta frase? El autor es Pablo Iglesias y la sostuvo en 2022 a cuenta de que el presentador de 'El Hormiguero' le había preguntado seis años antes a ... Elsa Pataky si prefería llevar ropa interior sexy o cómoda. La actriz había acudido al programa de Antena 3 a presentar una línea de ropa interior pero eso no lo dijo Pablo Iglesias.

Aquello tenía truco, claro está. Motos había sido muy crítico con Irene Montero por los nefastos efectos de la ley del 'solo sí es sí' y ella había respondido gastándose un millón de euros del Ministerio de Igualdad en hacer una campaña que retratara a Motos como machista. Iglesias, el que tardó más de cuatro años en pedir disculpas por aquel «azotaría a Mariló Montero hasta que sangrara», sacó la artillería contra el presentador para apoyar a su pareja.

Poco más de dos años después de aquello, pesan denuncias de agresión sexual sobre dos de los fundadores de Podemos, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, y sabemos que su líder, compañero de juerga de ambos en su momento, conocía esos comportamientos pero nos los denunció. En el caso de Errejón, el escándalo permaneció oculto hasta que empezó a interesarle a Podemos que se conociera. En el caso de Monedero, destapado por Javier Chicote en ABC, Irene Montero quiso tomar medidas cuando conoció las denuncias que existían, pero Iglesias no estuvo por la labor y se impuso su posición. De distinta manera pero en uno y otro caso, el exvicepresidente fue cómplice al conocer y callar, con la gravedad de que su silencio expuso a otras mujeres a comportamientos abusivos de Errejón y Monedero.

Si para el exvicepresidente preguntar a una actriz sobre su ropa interior convierte a un presentador en adalid del machismo, ¿en qué le convirtió a él mirar hacia otro lado ante denuncias de abusos sexuales? Y si habiendo defendido que el PP tiene ADN franquista porque «fue fundado por siete ministros de la dictadura», ¿qué debería decir sobre Podemos cuando, de sus cinco fundadores, los tres varones heterosexuales han acabado con denuncias por abuso o acusados de conocer esos excesos y callar?

Los casos de Errejón y Monedero han acreditado algo mucho más grave que una doble moral o una doble vara de medir y es que esos partidos que decían ser los únicos defensores del feminismo no se creían una parte de su propio discurso, justo aquella con la que pretendían marcar la diferencia. No era verdad que estuvieran comprometidos hasta las últimas consecuencias con la lucha contra los abusos sexuales, sino que la utilizaron como una vía para captar votos. Según su propio lenguaje, cosificaron a la mujer al rebajarla a material electoral. Exacerbaron su discurso, buscaron el enfrentamiento entre las propias mujeres (las puras y las alienadas), entre ellas y los hombres, y en su propia incompetencia acabaron provocando la excarcelación de más de un centenar de agresores sexuales y la rebaja de penas a más de un millar. Pero el problema era Pablo Motos.

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