el batallón
Sevilla va a ser Sofía este fin de semana
Con votaciones a la búlgara y bajo palio, Sánchez saldrá del Congreso del PSOE, porque el que se mueva no sale en foto
Aldama canta el Gordo
Un cenizo planetario
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Iniciar sesiónA partir de hoy y hasta el domingo Sevilla se convierte en Sofía, capital de Bulgaria, de la mano del XLI Congreso Federal anticipado que Sánchez se ha montado únicamente para darse un especie de baño y masaje con el fin de que el PSOE – ... o al menos esa excrecencia que ha quedado del partido de Estado que fue– le unja como césar máximo y omnipotente, mesías planetario de progreso, el único que puede detener la invasión de los bárbaros fascistas que marchan, cual Mussolinis, sobre esa Roma amurallada e inexpugnable en la que ha convertido La Moncloa. La única razón para adelantar un año el Congreso (no tocaba hasta octubre del 2025) reside en que la militancia y los cuadros medios deglutan sin rechistar el descalzaperros que tiene montado en los tribunales el sanchismo –corroído por el orín de la corrupción y el nepotismo– que además es cautivo de los socios del Frankenstein que lo tienen frito a sablazos a costa de la fortaleza del Estado.
Sevilla va a ser Sofía porque se espera que todas las votaciones se resuelvan a la búlgara, casi con más votos que asistentes, una vez que se ha institucionalizado en el partido la ley del silencio que recuerda a los tiempos en los que el que se movía no salía en la foto. El último que lo ha intentado es el pobre Lobato, al que su ‘rebelión’ contra la apisonadora del aparato le duró un suspiro después de que Ferraz lanzara contra él a su brigada de paniaguados en los ministerios y organismos oficiales de Madrid. Parecía Lobato el chino de Tiananmén ante los tanques.
Sevilla va a ser Sofía pues ninguno de los mil y pico asistentes preguntará cómo es posible que Ábalos, sanchista de primera hora, compatibilizase los trajines corruptos (siempre según la investigación policial en poder del juez) con su estancia en el Consejo de Ministros. Nadie entre los mil y pico se cuestionará por qué la banda de Koldo, Aldama y el ‘novio’ de Jessica se refería a Sánchez como «el 1» y si ese ‘One’ es el mismo al que ellos van a dar el voto masivamente este fin de semana, tal y como los comunistas bulgaros resolvían cualquier reunión en los cincuenta.
Sevilla va a ser Sofía porque ninguno de los mil y pico aquiescentes meditará sobre por qué casi todos los caminos del sanchismo conducen a un juzgado, por qué la mujer y el hermano del líder supremo aparecen en esa zona tenebrosa de presuntas mangoletas, recordando a las prebendas y canonjías nepotistas de otras épocas, como la 'turbocátedra' para una Begoña sin estudios superiores, o la 'turboplaza' de funcionario que se crea en tres días en Badajoz para esa eminencia musical llamada David Sánchez Pérez-Castejón.
Sevilla va a ser Sofía, en fin, esta semana porque en la ponencia marco no se ha querido Sánchez meter en ningún jardín: ni plurinacionalidades ni fantasmagóricas confederaciones ni amnistías ni conciertos económicos ni otras gaitas... porque más que una guía que dirija el rumbo del partido, la ponencia marco es un entrañable cuento como aquel de ‘Los Apeninos a los Andes’ que hará saltar las lágrimas a los asistentes, mientras, todo lo más, a Page se le vuelve a ir la fuerza por la boca.
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