Llueven chistorras y lechugas sobre Ferraz

Y sobre todo, ¿por qué no avisaron del procedimiento de los sobres cuando se destapó la trama? Da la impresión de que, cual mazones camino de El Ventorro, van cambiando de versión según la UCO va desenmarañando la madeja delincuencial del caso. Del «no funcionamos con dinero en metálico» –para rebatir a Víctor de Aldama y Carmen Pano cuando aseguraron que hubo entrega en billetes en Ferraz tras la consabida mordida– hemos pasado a que reconozcan que fueron sacando del banco hasta un millón de euros para los gastos corrientes. Aclaran que lo importante es que ese dinero «es del todo legal», según la mencionada gerente, a la que Cerdán fichó y que no vio nada raro en el comportamiento del secretario de Organización. La misma agudeza visual que Rompetechos. Para todo encuentran una paparrucha como respuesta a un asunto que huele fatal. El exgerente del PSOE reconoció anteayer en el Supremo que Koldo, entre pitaya y pitaya, repartía chistorras, soles y lechugas en dependencias de la Secretaría de Organización. El juez sospecha que el sistema propiciaba el blanqueo. Tan poderosos se veían, tan blindados por el Uno, que se creían inmunes y no les importaba ejecutar sus trapazas a ojos vista. Luego operaba la ley de silencio, como en todas las mafias.

Llovían chistorras y lechugas, por tanto, poco después de que Ábalos pronunciase aquel discurso desde la tribuna de oradores en la moción de censura contra Rajoy: «El Estado tiene que tener un gobierno con fortaleza y autoridad moral. Han engañado a la ciudadanía durante mucho tiempo. Crearon con su particular uso del poder un verdadero círculo perfecto de corrupción, encubriéndolo con tretas y artimañas, obstaculizando la justicia para intentar engañar a la gente». Y dejó lo mejor para el final: «El PSOE este mes cumple 139 años de historia, y aquí estamos 139 después y somos un partido de palabra». Chistorra.