el batallón
¡Gordos al poder!
Pam, la que se reía de los violadores y pederastas saliendo a la calle, echa en falta más gordos y gordas en el Congreso
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Iniciar sesiónÁngeles Rodríguez, conocida como Pam, acaba de gritar ¡gordos al poder! Y se ha quedado más ancha que larga, tan satisfecha como suele tras soltar una sandez, con esa desinhibición ante el ridículo que finalmente casi resulta enternecedora por lo que supone de desnudarse ... por dentro sin rubor, por mostrar sin sofoco alguno el 'peculiar' (dejémoslo ahí) material cognitivo que habita en su cabeza, ese devastador erial del sentido común. Seguramente, su ¡gordos al poder! no se halla entre las ciento cincuenta sandeces más notables que le hemos escuchado últimamente, donde resulta imbatible, en este caso por hiriente, la carcajada que se echó en público con los violadores y pederastas que ven rebajadas sus penas por la ley que ha hecho su jefa y que ya superan los mil canallas 'premiados' tras abusar de una mujer o de un niño. Aunque bien mirado, cómo no se va a reír Rodríguez de todos nosotros y nuestra perplejidad, de nuestro asombro infinito por el encumbramiento de la necedad hasta una secretaría de Estado, con esos más de 123.000 euros que le pagamos todos los españoles por convertirse en una máquina de alumbrar ocurrencias, casi todas disparatadas o incluso ofensivas, dentro del complejo industrial de despropósitos que tiene montado el populismo.
Dice Rodríguez que tendría que haber más gordos en el Congreso, conclusión a la que ha llegado tras cavilar «durante mucho tiempo» sobre esta intolerable ausencia de orondas señorías en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo. Nada que ver con la diversidad que, bajo el mismo disparatado esquema mental, deben aportar a la Cámara Baja los calvos y las pelopobre, los paticortos y las paticortas, los y las culocarpetas, los y las narizotas o los bizcos, las bizcas y hasta les bizques. No se ha querido meter ahí la secretaria de Estado, quizá porque la primera noticia que tuvimos de Pam, su acceso a la 'celebridad', fue aquello de llamar «puta coja» a una compañera de partido que formaba parte de otra facción morada. A veces la diversidad le molesta a Rodríguez. 'Puta' y 'coja', por igual llamó a su rival siendo ella precisamente coordinadora de Igualdad de Podemos Galicia. Tanto parece que le molestan las cojas a Pam, que en la campaña 'Todos los cuerpos son válidos' del pasado verano, en la foto le quitó la prótesis a una modelo amputada y elegida para el cartel. Eso sí, le pintó una curiosa mata de pelo en el sobaco a la muchacha, quizá para que encajara mejor en el canon estético que propone y el mensaje que quería lanzar.
El sanchismo es, en buena parte, una amalgama de revanchistas de última hora, oportunistas de manual y llorones hasta lo cagalástimas que tratan de saldar cuentas pendientes con un sistema que no les gusta y bajo el que muchos de sus protagonistas se sienten acomplejados social y personalmente. Por eso, y como método de liberación, Pam grita ¡gordos al poder! y por eso Tezanos compara las críticas que recibe por las boñigas demoscópicas que produce con los judíos perseguidos en la Alemania nazi del 33, todo un 'holocausto' de la decencia, la ética y hasta el sentido común.
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