el batallón
La España mamarracha
El sanchismo le ha quitado la hogaza al lema cesarista de «pan y circo»; ahora es «circo y circo»
¿Y si fueron los enchufes?
Sala de despiece
«¿Qué somos? Españoles. ¿Y qué nos gusta? El mamarracheo». Unas horas después de que se conociese el adiós a José Ángel de la Casa, histórico maestro de la televisión, santo y seña de la cadena pública, casi un icono catódico, RTVE lanzaba este ... mensaje en el estreno de 'La familia de la tele', que quizá defina a la perfección el rumbo por lo grotesco elegido por José Pablo López y el simpático mariachi que se sienta en el Consejo de Administración de la corporación, despreocupado y feliz con ese rumbo a los desconocido pero que se le despierta una sonrisa cada vez que consulta su cuenta bancaria. Como «el dinero público no es de nadie» –como dejó dicho entre Pixi y Dixi esa «cocinera antes que fraila» que es la actual presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo– el sanchismo ha conseguido el milagro de multiplicar por quince lo que a los españoles les cuesta la dirección corporativa de RTVE: ahora, cada uno de los quince consejeros (cobran más de 100.000 euros) cuesta más que todo el Consejo de Administración 'pre Muro de Sánchez'. Recuerden que nadie iba a quedar atrás, como reza un principio fundamental del sanchismo que ahora se 'moderniza' con el «mamarracheo».
Entre los empleados de RTVE (unos 6.600) debe cundir un desánimo silente, casi una depresión profesional, ante la senda carnavalesca que ha tomado la cadena pública, entregada a productoras privadas, y la manera de entender la tele estatal de la nueva dirección. El sanchismo le ha quitado la hogaza al lema cesarista de «pan y circo»; ahora es «circo y circo» como dejan ver los últimos fichajes de la emisora estatal, casi todos embadurnados de esa superficialidad banal del comediante más o menos graciosete u ocurrente (Broncano, Giró, la 'mamarrachófila' de Hernand, Buenafuente...). Uno no pide que se emita en 'prime time', ni en cualquier franja horaria, un trasunto del colegio libre de eméritos, ni siquiera la reposición de 'Estudio 1' y sus clásicos teatrales, pero con la 'salvamización' del entretenimiento de la tele pública y su 'mamarrachización' autoconfesa se roza la trasgresión del mínimo estándar de la ética, la responsabilidad y el supuesto fin social que han de guiar los medios públicos.
Quizá el aplazamiento del estreno de la cabalgata «mamarracha» en Prado del Rey, por la muerte del Papa o por el gran apagón, fuese una señal para que se evitase cruzar ese límite. No fue así y 'La familia de la tele' se convierte en el segundo programa más caro de la parrilla de actual de RTVE, sobrepasando los cinco millones de euros a repartir entre la productora externa de la que López ha echado mano y la 'troupe' de colaboradores reclutados para semejante evento catódico que aspira a convertirse en el asombro de televisión mundial.
El pasado lunes en RTVE, diez minutos para recordar a José Ángel y cuatro horas de cabalgata mamarracha. No hay más preguntas, señoría...
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