EL BATALLÓN

La 'derechita cenizo'

La izquierda le marca la agenda y allí acude presta y tan campante la derecha acomplejada a hacerle el juego y comprarle casi todo su material averiado

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04/05/2023
Actualizado 05/05/2023 a las 14:55h.

Quedan no menos de seis meses para las elecciones generales pero ya sopla fuerte la trompetería de la llamada 'derechita cenizo', que siempre que manda la izquierda no pierde un segundo en dudar del fuelle del candidato a doblarle el pulso a la izquierda. Digan ... lo que digan todas las encuestas (todas, sin exclusión, menos ese comistrajo demoscópico que guisa Tezanos en los fogones del CIS con el dinero de todos) la 'derechita cenizo' no se resiste a su indeclinable querencia hacia la duda (algunos incluso hasta la certidumbre) de que el cambio nunca llegará a producirse con los mimbres y avíos que presenta el candidato conservador. Casi los mismos que acusaban a Pablo Casado de dejarse arrastrar hacia los 'extremismos' de Vox, alegando entonces que en España las elecciones se ganan desde el centro, son los que hoy ponen carita y acusan de 'flojeras' y de que 'no tira' a Núñez Feijóo por 'centripetear'.

En el fondo de esta duda agónica, casi unamuniana y permanente, de la derecha sociológica sobre el líder de turno –de manera sustantiva en su espectro mediático, y dentro de éste más intensamente dentro de sus opinadores y analistas– subyace un histórico complejo de inferioridad respecto a la izquierda y sus inquebrantables certidumbres. Para vencerlo, la 'derechita cenizo' proclama, innecesariamente y cada dos por tres, su insobornable independencia ideológica acudiendo al refugio que ahora procura el laxo y casi inabarcable terreno de lo 'liberal', un eufemismo como otro cualquiera para que la izquierda no le llame a uno facha. Así, en aras de su pulcra neutralidad, de ese «yo no me caso con nadie», trata la 'derechita cenizo' de enhebrar un discurso para que no parezca ser lo que es, simplemente de derechas o conservador, con la sobreactuación y éxito final propios del predicador que se sube a una caja de cocacolas a dar un charlote en el Retiro, que de tanto proclamar su independencia corre el riesgo de quedarse solo, de ser orador y a la vez única audiencia.

Con esos mismos mimbres y avíos doctrinales y temperamentales de Feijóo, Juanma Moreno consiguió una histórica mayoría absoluta en Andalucía, otrora bastión histórico de la izquierda sin que ningún conspicuo miembro de la 'derechita cenizo' lo hubiera intuido. Evidentemente, partía Moreno del poder y así siempre es más sencillo que hacerlo desde la oposición, como persigue Feijóo, al que desde la 'derechita cenizo' se le endosan presuntos cataclismos por poderes: que Moreno tiene un lío en Bruselas con Doñana, la 'derechita cenizo' apunta a un movimiento sísmico en Génova que merma sus expectativas; que Bolaños monta un bochornoso ridículo el Dos de Mayo en Sol, la 'derechita cenizo' se pregunta cuán afecta esto negativamente a Feijóo. En realidad, la izquierda le marca la agenda a la 'derechita cenizo', que allí acude presta, tan campante, soplando a dos pulmones sus trompetas haciéndole el juego y comprándole casi todo su material averiado.