casa de fieras
La tecnología de la estupidez
De nosotros depende seguir pareciéndonos al mono o al hombre
El honor como modo de vida
Cuando no se quiere ver
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Iniciar sesiónLa tecnología nos ha traído cosas maravillosas y otras tantas que están por venir, pero indudablemente somos peores que antes. Steve Jobs, al que muchos consideran un genio, creo que también es el responsable de nuestro deterioro. Antes, si te llamaban atendías o no ... atendías, de hecho, hasta que comenzaron a aparecer los números de llamadas entrantes en aquellos teléfonos fijos que repartía la Telefónica, recibir una llamada tenía el punto de la sorpresa. Se decía «dígame» porque uno no sabía lo que se iba a encontrar al otro lado de la llamada. Coger el teléfono era casi una aventura, un momento de sorpresa e ilusión que se disipaba al reconocer la voz al otro lado o porque simplemente te sorprendían. También era una pesadilla si alguien te perseguía o te daban el coñazo. Recuerdo una ocasión, en la que un plomazo perseguía a mi madre para intentar venderle no sé qué moto. El caso es que llamaba a diario. En una ocasión contesté yo al teléfono con mi madre al lado. Mientras repetía su nombre para que ella se diera cuenta, mi madre comenzó a mover las manos para que le dijera al tostón que no estaba. Mi edad me jugó una mala pasada y le contesté diciéndole «dice mi madre que no está». Creo que al final dejó de llamar. Unos años más tarde todo se fue al carajo definitivamente. Se creó Whatsapp, esta aplicación que todos usamos y que está permanentemente molestando nuestro día a día. El gran problema de la misma no es que podamos hacer un grupo con diferentes contactos, sino que las personas que te escriben se han acostumbrado a la inmediatez en las respuestas o en la lectura de los mensajes. Incluso tienen una opción para confirmarte si el mensaje que has enviado ha sido o no leído. Esta pérdida de la libertad es una de las razones por las que las personas han dejado de concentrarse, de tener tiempo para sí mismos y de poder dedicarle las horas necesarias a lo que te salga de las narices. Además, si cometes el error de no mirar el móvil varias horas, se te acumulan tantos mensajes que necesitarías estirar las horas del día hasta tener 30 o 35 y así poder responder las inmensas bobadas que se acumulan en nuestra bandeja de entrada. Hay usos y costumbres que debemos parar. Hacer frente a la vida que nos queda sin tener que depender de un aparato que es maravillosamente útil para poder llamar desde cualquier sitio, pero verdaderamente absurdo por el uso que le estamos dando. A medida que pasa el tiempo nos daremos cuenta del error que estamos cometiendo con el uso de la tecnología. Los chavales en el parque ni siquiera se miran a los ojos al hablar. Lo hacen a través de la pantalla enviándose mensajes por muy cerca que estén. De nosotros depende seguir pareciéndonos al mono o al hombre. Pero mientras no aprendamos a usar la tecnología para hacernos la vida más fácil y no más complicada, seguiremos siendo una sociedad enganchada a esa pantalla que sin duda nos está haciendo peores.
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