Suscribete a
ABC Premium

casa de fieras

Cuando el filete eres tú

En vez de recibirte un camarero lo hace un estudiante de Informática, que te obliga a descargar una aplicación móvil para materializar 'su orden'

En cifrado con libertad

Los Medici de nuestras cloacas

Alfonso J. Ussía

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cada vez que un fondo de inversión pone el foco en algo nos deja a oscuras. No falla. Después de la vivienda, la nueva víctima en la cruz de su mirilla son los restaurantes.

Los restaurantes ya no necesitan cocineros. Necesitan ingenieros de computación, ... programadores, telecos y demás perfiles matemáticos. La comida es lo de menos. Salir a cenar se ha convertido en una prueba de acceso al MIT, una experiencia entre 'bytes' y códigos-fuente que está convirtiendo cenar fuera en una verdadera tortura. Todo empieza mal. Llamas a un sitio nuevo que tiene buenas referencias y contesta un asistente virtual que te pide los datos de la reserva. Después de cinco minutos al teléfono, recibes un mensaje con tu confirmación de mesa en terraza desde las nueve en punto hasta las diez menos tres minutos, hora en la que debes abandonar tu sitio porque el secreto de hoy en día es la rotación. Al llegar al restaurante todo empeora. En vez de recibirte un camarero lo hace un estudiante de Informática, que te acompaña a una mesa sin manteles mientras te obliga a descargar una aplicación móvil para materializar 'su orden'. Ya no se pide, se ordena. No se olviden de pulsar la opción de pan a 4'75/pieza, que volver a empezar es un lío para el que casi envían al servicio técnico.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia