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La Alberca

Montero somos todos

La quita es un arreglo particular de Sánchez con los independentistas y otro de la ministra con el territorio en el que será candidata

¿De qué se ríe el secretario de la OTAN?

¿Y quién borra al fiscal?

Alberto García Reyes

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Hay una euforia indecorosa en el socialismo andaluz por la «jugada maestra» de María Jesús Montero con la quita de la deuda a las comunidades. Se vanaglorian los forofos de la vicepresidenta, ministra de Hacienda y secretaria general del PSOE de Andalucía de su ... hábil treta para poner a Juanma Moreno en un brete. Aprovechando que su jefe acordó el apoyo de ERC a su investidura comprometiéndose a condonar la deuda catalana, Montero ha diseñado un modelo asimétrico que casualmente dispensa a la comunidad en la que ella va ser candidata del pago del 48 por ciento de su deuda. Por el contrario, a los madrileños les condonará sólo el 24, a los valencianos apenas el 19, a los aragoneses el 23... Por un lado, la ministra de Hacienda alivia la roncha catalana con 17.000 millones pagados con nuestros impuestos después de que los gobiernos de la Generalitat hayan generado en su delirio independentista hasta 89.000 millones de deuda, una situación escandalosa si se añade el dato de que Cataluña es la comunidad mejor financiada por el Estado. Aquello de «Espanya ens roba» es exactamente al contrario. Pero Pedro Sánchez necesitaba el tornillo de ERC para fijar bien su sillón en la Moncloa. Y para eso está el erario. Por otra parte, aprovechando la coyuntura, para Andalucía van 18.000 millones. Los prosélitos lo llaman «jugada maestra», pero el movimiento es maquiavélico y, en el fondo, encubre una maniobra de financiación electoral de libro. Si el presidente de la Junta de Andalucía renuncia a la quita, la candidata del PSOE y vicepresidenta del Gobierno le acusará de castigar a los andaluces por intereses partidistas. Si Juanma Moreno coge el dinero, le recordará permanentemente que sin ella Andalucía no progresa. La táctica es similar a la del decreto 'ómnibus'. Si el PP vota en contra, está rechazando la subida de las pensiones. Si vota a favor, está reconociendo lo bien que lo hace el Gobierno.

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