La Alberca
Dimitir a cachitos
El cuento de la buena pipa de Yolanda es un sí pero no, que es lo contrario al no pero sí de la amnistía
El epistolario pétreo
El bulócrata
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Iniciar sesiónYolanda es como aquel preso del chiste de Lopera que un día se presentó en la enfermería de la cárcel porque le dolía un brazo. El médico se lo estudió y decidió amputárselo. Al cabo de la semana el preso volvió a la enfermería porque ... le dolía el otro brazo. Tras varias pruebas, el doctor decidió volver a amputar. Una semana después, el reo tenía dolores en una pierna. Cuando el médico se la vio determinó que había que cortársela. Apenas habían pasado unos días cuando el cautivo sintió una punzada en la pierna que le quedaba. El galeno lo vio claro: otra amputación. El director de la cárcel se enteró de la historia y rápidamente se sintió embargado por la preocupación, de manera que ante la merma incesante de atributos del condenado, fue a visitarlo a su celda y le preguntó: «¿Tú no te estarás escapando poquito a poco?». Yolanda se ha amputado el mando de Sumar, pero ella misma, que habla de sí en tercera persona, lo enrevesa: «Yolanda Díaz no se va, lo que ha hecho es política de la buena porque cuando hay malos resultados electorales, en mi convicción política hay que asumir responsabilidad y quiero hacer pedagogía». ¿Entonces se va o se queda? Que parece esto la amnistía. Pedro Sánchez tres días antes de las elecciones generales: «Es algo que, desde luego, este Gobierno no va a aceptar y que no entra en la legislación y en la Constitución española». El día después de esos comicios y con los siete votos de Puigdemont enseñándole la llave de La Moncloa: «Cataluña está lista para el reencuentro total. En el nombre de España, en el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía en Cataluña». Yolanda se ha contagiado del sí pero no, o del no pero sí, o del sino del sanchismo. Ha dimitido, pero por partes. Su brazo izquierdo ya no dirige Sumar. El derecho sí. Porque lo que ella hace es política fetén, que se ve que consiste en que no le amputen nunca la mano con la que agarra la nómina. No sé quién dijo que un cínico es el que sabe el precio de todo y el valor de nada. Pues eso. Yolanda nos está cantando el fandango del cinismo: «Aunque me voy, no me voy,/ aunque me voy, no me ausento/ porque me voy de palabra/ pero no de pensamiento». De la indemnización en diferido de Cospedal a la dimisión a cachitos de Díaz. Política de la buena.
Hagamos pedagogía. Asumir una responsabilidad significa actuar siempre contra tus intereses personales en beneficio de los de la organización a la que perteneces. Escaparse de Sumar al estilo loperiano es justo lo contrario. Yolanda apoyó a su ministra Sira Rego en las primarias de IU. Perdió. En las elecciones de Galicia, su tierra, perdió. Cero diputados. En las catalanas perdió. En las europeas ha vuelto a perder. La única que aún no es consciente de que la amputación de su liderazgo está siendo imparable es ella. Le han cortado las alas en todas las urnas. Y así, poco a poco, está intentando demorar su fuga de la política como en la copla lorquiana: la Tarara sí, la Tarara no... Es decir, que yo no digo ni que sí ni que no, que yo lo que digo es que si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa.
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