Suscribete a
ABC Premium

la alberca

La aurora de los tiesos

Mileurista que vienes al mundo, te guarde Dios, porque la hipoteca te va a dejar a oscuras a primeros de mes

Alberto García Reyes

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hay una hermosa maldición gitana que hoy parece una profecía: «Que la luz no te toque». Nada es más oscuro que el alba de un tieso. Lo resume otra vieja copla calé: «Sale el sol cuando es de día/ y pa mí sale de noche:/ ... hasta el sol va en contra mía». El mes de un español sólo dura ya una semana. A partir del día 8 no vuelve a amanecer. Las facturas hacen un eclipse como de polo norte que sólo trae ráfagas nuevas con la siguiente nómina. Efímeros destellos. La felicidad está en las pequeñas cosas, decía Groucho: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna... Se puede explicar también esta España al modo lorquiano: la aurora llega y nadie la recibe en su boca porque aquí no hay mañana ni esperanza posible. A uno ya no le queda otro resquicio para la queja que la belleza, que siempre es la forma más creíble de protesta. Si sangras tu pena por la boca, te intentan curar la boca, no la pena. Es mejor el lamento sereno, bien vestido, limpio de domingo. Lo que quiero decir, lo digo ya sin rodeos, es que el progreso no consistía en llegar a fin de mes, sino en llegar al día cinco. Así hemos avanzado hacia el estatus de la mojama. Lo que el siglo XXI nos ofrece es un nuevo horizonte hacia la insolvencia: si antes el pobre era el parado, ahora lo es también el ocupado. La aurora de España tiene cuatro columnas de cieno.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia