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casa de fieras

Y de pronto, primavera

Ojo a eso del fentanilo, que en Estados Unidos está dejando zombis por millares en cada Estado federal. Viene de lejos

Alibabá y las cuarenta lesbianas

Una excusa para escribir

A.J. Ussía

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Y de pronto, primavera. Me pasa todos los años. Llego tarde y soy el último en enterarme. De nuevo avisan las terrazas repletas de manga corta recordándome que me sobran la bufanda y el abrigo de por la mañana. Otra vez, las caras reflejan la ... felicidad de ponga usted una más, risas, y un sol con el que apenas me entiendo. Suma y sigue el bucle de este tiempo que es un entremés entre el frío y el calor que luego quema. La calle tiene la ilusión imberbe, creciente, próxima, como si acabara de llegar a la estación de tren de una ciudad ajena. Mientras, en Villaverde incautan fentanilo porque la globalización es lo que tiene. Pillan 'merca' unos adictos que se quedan dormidos entre raya y raya. La cosa se pone, nunca mejor dicho, sospechosa. El foro anda revuelto porque tú más y yo que sé, entre indultos, amnistías y muletazos que ya quisiera yo en mis errores. Pero ojo a eso del fenta, que en Estados Unidos está dejando zombis por millares en cada Estado federal. Viene de lejos; para los que no conocen el tema, un apunte y vean 'Dopesick', la serie basada en el libro homónimo de Beth Macy, que cuenta el bochornoso negocio de un poderoso conglomerado farmacéutico que comercializó, vía médicos a comisión, el uso del Fentanilo (un opiáceo sintético, cincuenta veces superior a la heroína y cien a la morfina), que se recetaba para aliviar el dolor crónico y volver yonquis a los miles de consumidores que pululaban su daño por el país. Hoy, miles de personas abarrotan, encorvados y ausentes, las aceras de todos los rincones de América, y ya es la primera causa de muerte por sobredosis de muchas de sus capitales. Tirado de producir, pues requiere de productos que están a la venta en Internet, los clanes más cercanos a Estados Unidos dispensan pastillas por un dólar mientras la gente se muere. Y ayer mismo, la Policía Nacional y Municipal de Madrid se topó con 3 miligramos de fenta mientras realizaban una redada en un piso camello del mencionado barrio de la capital. Que corra el fentanilo por las calles de España es una noticia crítica. Mientras se endurecen las libertades de los fumadores de tabaco, mientras la vida sigue sucediendo en el lado opuesto de los que nos dirigen, que se llenen nuestras calles de pastillas de fentanilo es lo que nos faltaba para dejarles el terreno libre. Aunque, en un país en el que la Guardia Civil batalla a los narcotraficantes en zodiac, vayan ustedes a saber si nos quieren así de tarados a todos. Este es un marzo nublado, que deja atrás al abrigo para volver a sacarnos a la calle y celebrar que todavía estamos. Qué menos después del invierno que llevamos. Quizá sea prudente que, hoy sábado, que los sindicatos principales de la Policía y la Guardia Civil abarrotan Madrid para que se dignifique lo que el Estado les debe, se reivindique lo necesarios que son para que así nos sigan defendiendo. Que no se nos llene esto de zombis. Que así, de pronto, primavera.

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