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Yekaterimburgo, 17 de julio

Los defensores de los peores genocidios se erigen en España en autoridad moral

Hermann Tertsch

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Esta noche se han cumplido los cien años de la matanza de Yekaterimburgo. En las primeras horas de la madrugada hizo un siglo exacto del momento en que un grupo de bolcheviques despertaba en sus dormitorios de la casa del comerciante Ipatiev al depuesto zar ... Nicolás II, a su mujer, la zarina Alejandra, al heredero Alexei y a sus hermanas Olga, Tatiana, María y Anastasia. Les ordenaron vestirse para ser trasladados y los condujeron a un pequeño cuarto en el que Yakov Yurokvski, el comandante, leyó la sentencia. "Nikolái Aleksándrovich, en vista del hecho de que tus parientes continúan con sus ataques a la Rusia Soviética, el Comité Ejecutivo de los Urales ha decidido ejecutarte". Los guardias dispararon sin darles tiempo ni a santiguarse. Fue una carnicería. Dos hijas seguían vivas pese a los disparos a quemarropa. Las balas rebotaban en joyas cosidas a la ropa para portar un valor si llegaba el ansiado rescate. Se usaron las bayonetas.

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