Suscribete a
ABC Premium

Y Errejón no quiso morir

La partida está aún a la mitad: quedan muchos movimientos

Ana I. Sánchez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Pablo envía a Íñigo a morir a Madrid». Una persona muy cercana al líder de Podemos explicaba así hace un año por qué Errejón no podría moverse como un caballo de ajedrez desde su retirada a la Comunidad central. Un paso al lado, para ... poder avanzar hacia adelante. «No solo no dará el sorpasso al PSOE, sino que es muy probable que empeore el resultado de 2015. Podemos está tocando suelo en toda España y ya no podrá competir por el liderazgo del partido», se frotaba las manos el mismo. En ese mismo instante, Iglesias hinchaba en público las expectativas del cofundador. «Es un candidato ganador allá donde se presente», proclamaba, preparando el terreno para cortarle la cabeza tras su derrota. Era cuestión de posturear y esperar. Ése era todo su afán. Matarle políticamente. Contagiarle de la caída de Podemos para que nadie pudiera ver en él la respuesta a la crisis del partido.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia