Los verdaderos socios de Pedro Sánchez

Pablo Casado acudió ayer a felicitar en persona al presidente de la Región de Murcia, elegido tras el acuerdo alcanzado entre el PP, Ciudadanos y Vox. El líder popular no tiene nada que esconder, ni de qué avergonzarse. Máxima transparencia. Pedro Sánchez, en cambio, prefiere ... ignorar las maniobras con que su partido lo desenmascara a escala regional. La moderación que finge Sánchez para tender la mano al constitucionalismo contrasta con la hoja de ruta que su partido -con rumbo fijo, trazado desde los tiempos de Rodríguez Zapatero- sigue para aparearse con el nacionalismo más radical, ya sea en la Diputación de Barcelona, en el Gobierno de Baleares o en la Generalitat de Ximo Puig. Allí no estorba Podemos, ni la defensa de la Carta Magna es una prioridad. Tampoco en Navarra se anda con tantos miramientos el PSN, que ayer presentó su acuerdo con la sucursal del partido de Pablo Iglesias y la franquicia del nacionalismo vasco. Solo le falta ya la abstención de Bildu. Lo que diga Otegui va a misa, que está por la labor de condicionar con su voto la presidencia de María Chivite. En Navarra no hace falta ganar las elecciones para gobernar, como pregona Sánchez. Basta con pactar con todo aquello de lo que ahora reniega.

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