Tufillo xenófobo

Rubalcaba no pareció enterarse hace dos años de que una de las causas de la pérdida de votos de su partido en las generales fue su actitud hacia la inmigración. Dos años después, este asunto es aún más peligroso para el PSOE y, sin embargo, Rubalcaba y los suyos siguen estancados en el mismo discurso sobre la xenofobia de todos aquellos que critiquen las leyes de inmigración.

Lo que no sólo sitúa en la descalificación del tufillo xenófobo a una buena parte de los ciudadanos españoles, empezando por los socialistas de Vic o los de Salt, sino que señala, además, hacia las contradicciones del Gobierno. Si la decisión de Vic es ilegal, y parece bastante claro que lo es, no se entiende a qué espera el Gobierno para hacer que la ley se cumpla. O por qué marea el asunto, como hace el ministro de Justicia, pidiendo un informe a la abogacía del Estado, si no es con la esperanza de que el PSC recapacite y el Gobierno pueda seguir inmóvil, como ya hizo con las consultas independentistas.

Claro que el despiste de Rubalcaba quizá no sea tal puesto que la otra cara de Vic le concierne directamente. Y es que en Vic la ley se incumple, pero parece que también en su negociado, en el control de fronteras y en las expulsiones de ilegales. Y es más conveniente para Rubalcaba hablar de xenofobia que de lo suyo.