Torra y Colau hacen el ridículo

La entereza, profesionalidad y saber estar que ha demostrado el Rey durante la inauguración del Mobile World Congress contrasta, una vez más, con el ridículo que han protagonizado el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cuya actitud solo es equiparable a su gestión a la hora de acoger un evento de semejante relevancia. El primer desplante tuvo lugar en la cena oficial del pasado domingo, cuando ambos evitaron saludar en público a Don Felipe, y se volvió a repetir ayer, después de que Torra se descolgara de la comitiva de autoridades que recorrió el recinto justo antes de llegar al pabellón de España. Esta lamentable forma de proceder no solo evidencia un profundo desprecio hacia las instituciones y los elevados valores que representan, sino que constituye una absoluta falta de respeto hacia todos los barceloneses, puesto que esta feria, referencia internacional de la tecnología móvil, es uno de los actos más importantes que acoge la Ciudad Condal cada año, con un impacto de casi quinientos millones de euros y cerca de 13.000 empleos.

Si este congreso se sigue celebrando hoy en Barcelona no es gracias a Torra ni a Colau, dado que sus actuaciones no han estado exentas de duras críticas por parte de los organizadores, sino a la estabilidad y garantías que ofrece el Estado, cuyo máximo representante, el Rey, es el único que ha estado a la altura, potenciando la imagen de España, Cataluña y Barcelona de cara al exterior. Las únicas contribuciones de Torra y Colau al Mobile se han limitado al desaire dictado por un prófugo de la Justicia desde Bruselas, la imposibilidad de usar Uber o Cabify o el monumental atasco que ha generado la huelga de Metro.