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Editorial ABC

Tolerancia cero con los lazos

La de los lazos es una batalla emocional y simbólica que el Estado no puede perder frente a quien se propone pisotear los derechos de todos los catalanes y de todos los españoles

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En un ejercicio de garantismo sobreactuado e innecesario, la Junta Electoral Central decidió ayer conceder un plazo de 24 horas más al presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, para retirar todos los lazos amarillos y esteladas que inundan los edificios públicos en Cataluña para garantizar ... la neutralidad de las instituciones en la etapa preelectoral. El plazo de 48 horas que ya concedió la pasada semana la Junta Electoral ha sido despreciado por Torra con su soberbia habitual, dejando en pésimo lugar al organismo encargado de velar por la legalidad de las elecciones. Ya no es hora de advertir, sino de actuar. El Estado no puede permanecer inerme antes este tipo de abusos del separatismo catalán, ni siquiera aunque en este apercibimiento de la Junta haya mediado una advertencia de que Torra incurrirá en responsabilidades penales si se niega a retirar esos símbolos. A Torra le pueden traer sin cuidado una acusación por desobediencia o una sanción administrativa en forma de multa. La de los lazos es una batalla emocional y simbólica que el Estado no puede perder frente a quien se propone pisotear los derechos de todos los catalanes, y de todos los españoles, por un barrizal. El Estado no debería ser indolente por más que Pedro Sánchez trate de «apaciguar» al separatismo con su política de subordinación y cesiones. Bien sea representado por la Junta Electoral, o ejecutivamente por el Gobierno, la Fiscalía o el órgano que corresponda, el Estado no puede permitir que Torra se burle alegremente de la legalidad.

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