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Rusia mitológica

«La civilización euroasiática no existe y desde luego los rusos no la encarnan. ¡Pobre Putin! Tampoco la salvación de esa quimérica civilización le vale como excusa. Debe seguir buscando la causa por la que sus soldados van a morir en Ucrania y a masacrar a los ucranianos. No la encontrará, porque no existe»

Guy Sorman

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Por lo general, las guerras tienen un motivo: la guerra de Ucrania no lo tiene, lo que es una innovación notable. Cuando Putin emprendió las operaciones militares, se trataba de proteger a los rusos contra la opresión ucraniana. Pero, cuál no sería la sorpresa de ... los soldados rusos, intoxicados por esta propaganda, al descubrir que la mayoría de los ucranianos hablaban ruso y compartían la misma cultura que ellos. La única diferencia entre los invasores y los invadidos era la democracia: Ucrania es una democracia, Rusia no lo es. Por lo tanto, Putin tuvo que inventar otra causa para justificar la invasión: liberar a los ucranianos del neonazismo, completar la obra del Ejército Rojo en 1945. ¡Vaya! Los soldados rusos no han descubierto en Ucrania ni un solo nazi, ni antiguo ni nuevo; peor aún, el presidente ucraniano es judío y su familia fue asesinada por los nazis. Putin tuvo que renunciar también a ese motivo. Propuso entonces un tercero: salvar a Rusia de una inminente invasión de la OTAN, que la asediaba. Pero Rusia era la menor de las preocupaciones de la OTAN, una alianza estrictamente defensiva; sus miembros, hasta la invasión de Ucrania, estaban más bien preocupados por el islamismo en Oriente Próximo y el Sahel. En cuanto a Estados Unidos, Rusia estaba muy por detrás de China en sus preocupaciones.

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