Suscribete a
ABC Premium

Editorial ABC

Sánchez, ni sincero ni creíble

Los empresarios se fueron ayer con un discurso repleto de vacuidades, con una declaración de intenciones genérica pero inútil

ABC

Sobre el papel, el presidente del Gobierno hizo ayer un llamamiento a la unidad política que habría sido digno de elogio si no hubiese convertido su convocatoria al empresariado en su enésima plataforma de propaganda. No se trata de cuestionar cualquier apelación a la unidad ... o a la cohesión, ni de despreciar su requerimiento a los partidos para «arrimar el hombro». Se trata de determinar si su inclinación perpetua a la mentira lo hace creíble. Y no es así. Sánchez decidió iniciar el curso con una fotografía junto a empresarios para tender su enésima trampa a la oposición, ahora que se ve acuciado por los peores datos de rebrote del virus y por las cifras más negativas de PIB y de empleo de Europa. Y no será porque no se lo advirtieron en marzo el PP o los empresarios, a los que ha ninguneado. Utilizar al mundo financiero para enviar mensajes a Pablo Casado cuando no lo ha recibido en La Moncloa en seis meses, o cuando no lo ha telefoneado en tres, no deja de ser una estrategia forzada. Ayer Sánchez solo ofreció un mitin. Cuando le interesa, «España debe entenderse con España» porque el virus no tiene ideología, y cuando no le interesa, criminaliza a la derecha, promueve cordones sanitarios y aprueba normas para fracturar a la sociedad. El problema de Sánchez ya no es el buenismo intrínseco a su inabarcable capacidad de generar demagogia con el feminismo, el cambio climático o los derechos civiles, sino que no es creíble.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia