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Editorial

Sánchez, sin escrúpulos con el Senado

El Senado tiene la capacidad legislativa de vetar la ley de Estabilidad Presupuestaria, y con este truco indigno, el PSOE se la salta a la torera con el aplauso de Podemos

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La maniobra del Gobierno para «colar» en el Congreso una enmienda a una reforma de la ley del Poder Judicial vinculada a la lucha contra la violencia de género, para burlar el veto del Senado a la ley de Estabilidad Presupuestaria, es mucho más que ... un abuso parlamentario cometido a la desesperada. Es una intromisión flagrante de un poder del Estado, el Ejecutivo, en la labor constitucional de otro, el Legislativo, que ostenta la representación de la soberanía nacional. Es cierto que no se trata de una práctica parlamentaria nueva , y que antes los Gobiernos del PSOE y del PP la emplearon indistintamente como subterfugio para sacar adelante leyes e iniciativas a conveniencia. Pero también es cierto que jamás hasta ahora se había utilizado para zafarse de una Cámara como el Senado, inutilizarla, y hurtarle una competencia que le atribuye la ley bajo la excusa de la urgencia de Pedro Sánchez por aprobar los Presupuestos. El Senado tiene la capacidad legislativa de vetar la ley de Estabilidad Presupuestaria, y con este truco indigno de la práctica parlamentaria, el PSOE se la salta a la torera con el aplauso de Podemos. Por muy legal que sea, es una perversión de las reglas del juego democrático, un desprecio a las mayorías legítimamente designadas por los ciudadanos, y el desapoderamiento de una Cámara basado en un estricto afán de supervivencia personal. La pérdida de calidad democrática es indudable porque se trata de una práctica propia de regímenes autoritarios que creen tener sus Cámaras como una coartada para simular un respeto a las libertades públicas que no existe.

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