Todo irá bien
Yo soy socialista
El odio está de moda. El resentimiento. Y la invención de enemigos imaginarios para disimular que el socialismo es el enemigo real
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Iniciar sesiónEl socialismo muestra en Auschwitz de lo que es capaz. «Ich bin sozialist», se definía Hitler. La última parada del igualitarismo, del colectivismo, del sindicalismo o del obrerismo, es decir, del socialismo, es un campo donde alguien te espera con un horno encendido. Como cualquier ... idealismo, el socialismo lleva a la miseria y a la muerte. El fascismo, el falangismo y el nazismo fueron movimientos obreristas y de masas, socialistas por definición, y por aclamación, y forma parte de la propaganda de la izquierda no asumir ni disculparse por sus muertos. Hitler y Stalin eran dos socialistas. Auschwitz fue una checa y todas las checas fueron Auschwitz. Stalin era además comunista y Hitler no lo era, porque prefería su propio protocolo del crimen, naturalmente basado en ideas y la estética socialistas. Contra Hitler y Mussolini, los aliados ganamos la guerra al socialismo. No nos atrevimos a derrotar al comunismo y preferimos repartirnos el mundo. Nos fue mal, pero peor les fue a ellos. El jueves hizo 77 años que desmantelamos Auschwitz-Birkenau, el más minucioso museo del socialismo de todos los tiempos. Los que pensaron que aquel horror nos vacunaría para siempre contra los idealismos, lamentablemente se equivocaron. La izquierda continúa con sus trenes en marcha y mientras nos distrae con el espantajo de la extrema derecha, que no existe, se achican los espacios de libertad, se falsifica la Historia y persiste la vieja estrategia de negarle cualquier dignidad al discrepante para que luego sea un trámite asesinarlo. Continúa vigente el mecanismo mental de echar del tablero al otro y de demonizar al que no nos gusta. El odio está de moda. El resentimiento. Y la invención de enemigos imaginarios para disimular que el socialismo es el enemigo real. Han vuelto a abrir la tienda de parches amarillos y llevan nuestros nombres. Notamos cada día la mano en la espalda de los que nos empujan hacia el andén. Son los que niegan que Hitler fue un socialista y es para que no nos demos cuenta de cómo se le llegan a parecer.
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