Todo irá bien

Esta ignorancia

24/02/2020 a las 00:37h.

Sin saber muy bien por qué, empecé a ver la última película de Almodóvar. Durante el franquismo, un niño es seleccionado como solista del coro de la escuela por el cura que da clases de música. Para trabajar mejor su calidad artística le liberan de ... las clases de Ciencias. Este niño cuando crece se convierte en un memorable director de cine y en lugar de agradecer su formación, se queja de que el padre José María le convirtió en un completo ignorante. Almodóvar es un cretino. Y yo otro, por ponerme a ver sus películas. La ingratitud es la primera forma de barbarie. Si me hubiesen liberado de las clases de Ciencias y me hubieran dejado escribir en paz, yo sería el adulto más agradecido del mundo. Si me hubieran enseñado qué es la Navidad, el Calvario y la esperanza, también. La ignorancia no es no saber dónde está Masquefa. La ignorancia es no saber lo que nos hace felices. El cine de Almodóvar refleja esta ignorancia, la de los que están tan pendientes de su resentimiento que no les queda tiempo para la generosidad, el agradecimiento y la belleza. No vais a ganar la Guerra, no vais a poder libraros de la vergüenza de que Franco se os muriera en la cama. La rabia no va a daros la revancha, sólo os hará aún más idiotas. Franco fue un padre para todos: también para vosotros, y os hizo como sois. No os podéis entender ni explicar sin el franquismo. Vosotros sois el franquismo y que Franco durara 40 años tiene que ver con vuestro carácter, y con vuestra hombría. Vuestra creatividad es otro fruto del franquismo: la censura estilizó el talento que la Educación para la Ciudadanía ha reblandecido y Franco pervive más en la tonta obsesión antifranquista que en los pocos partidarios del Caudillo que todavía quedan. España no será un país normal hasta que no asuma que sobre las guerras ganadas se escribe la Historia, que el franquismo no se puede despachar con una enmienda a la totalidad, que bastante peor nos habría ido si hubiéramos caído en el Pacto de Varsovia y que os habéis podido ganar muy bien la vida gracias a la buena educación que recibisteis de monjas y curas. Mucho mejor que la porquería de formación laica, pública e igualitaria que dais a vuestros pobres hijos -«las niñas tienen pene y los niños tienen vulva»- y luego decís que es culpa del capitalismo que no les dé para comprarse un piso.