Actitud

El año 2021 ha sido el mejor de mi vida. 2020 también lo fue, y 2019. Siempre para mí, la predisposición a la alegría es más importante que las circunstancias, y la gran línea divisoria nunca es un virus sino la decisión de vivir contra ... la dejadez de quejarse. Ésta es la ecuatorial y va a serlo todavía más a partir de ahora. Hemos conocido el Covid y vamos a conocer cosas mucho peores. Y mucho mejores. Alguna tal vez nos mate. Pero mientras tanto, y por lo que a ti respecta, va a ser sólo una cuestión de actitud. Tú eliges, piénsalo, y con sólo pensarlo te sentirás más seguro y más ligero. De todos modos, si en lugar de ser tan arrogante hubieras creído desde el principio, esto ya lo sabrías. Dios es la primera actitud, la primera libertad, el primer amor. Tu primera y última fortaleza por encima de cualquier otra anécdota. Este año nos deja una imprescindible receta de virilidad y una grave advertencia de que los débiles sufrirán. Hemos alcanzado tal grado de evolución, y de civilización, que hasta para gozar hace falta ser fuerte. La pasividad y el victimismo son y serán más letales que cualquier bicho. Mira cómo ha acabado Barcelona, mira cómo ha acabado Cataluña. No ha sido por la fuerza, no ha sido por tener más o menos razón, ni siquiera la legalidad ha influido. La gran derrota ha sido la cobardía. El independentismo no estuvo nunca dispuesto a pagar el precio de su golpe y España lo pagó entero y de golpe. Si encuentras una excusa, encontrarás mil, pero sólo tienes esta vida y el tiempo perdido no te lo van a descontar. La comedia del ómicron tiene mucho que ver con el ridículo que puede llegar a hacer una sociedad que convierte en tragedia lo que es un incidente mucho más aparatoso que significativo. Si 2021 te ha ido mal pregúntate qué podrías hacer mejor, si estás rodeado de personas más inteligentes que tú y si las escuchas lo suficiente. Si en lugar de esforzarte por mejorar continúas quejándote, 2022 te será mucho más catastrófico. No sin exigencia podemos vivir el instante más avanzado de la Historia. Los que no ganen quedarán fuera. Y por mucho que se quejen, también sin ellos podremos continuar.