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Testimonios del coronavirus

Carta de la dueña de un restaurante: «Las prometidas ayudas se quedan en el limbo de una burocracia virtual donde no puedes reclamar»

«En el mejor de los casos recibes una respuesta similar del tipo: Su solicitud ha sido enviada»

Rosi Gómez

Tengo un restaurante de gran capacidad donde recibimos la visita de grupos organizados de excursión que en la mayoría de los casos son de jubilados. Desde que se inició marzo corría un gran revuelo con todo el tema del coronavirus y se empezaron a producir las primeras anulaciones de las reservas programadas para ese mismo mes.

La semana del 9 de marzo fue caótica y ya el viernes 13 me reuní con mi gestor para avanzarle la decisión que iba a tomar, porque la tragedia estaba latente. Le pedí que tramitara cuatro bajas laborales que afectaban al personal de refuerzo de los fines de semana, que desde el inicio del mes ya estaba avisado de que la previsión de trabajo estaba sufriendo unas extrañas caídas.

Con el resto de trabajadores, otros cuatro, realizaría un ERTE . El gestor, como buen profesional, al que estoy profundamente agradecida, me explicó con todo detalle los pros y contras de estas decisiones y me pidió un poco de paciencia. Al día siguiente se decretó el estado de alarma y el cierre de todos los locales de mi sector.

Está demostrado en este país todos los ciudadanos vivimos y actuamos agudizando el olfato en previsión de realizar las cosas bien, para tener el menor riesgo posible, para no enredar más este entuerto en el que el Gobierno con su excelente ejército de asesores no es capaz de prever ni siquiera una alerta sanitaria que están clamando a voces desde el mes de enero las organizaciones internacionales.

Mis trabajadores -igual que el resto de trabajadores afectados por estos movimientos involuntarios que nos vemos obligados a realizar las empresas- rellenan a duras penas documentos en pdf, con apps improvisadas , etcétera, para poder firmarlos y volver a reenviarlos por whatsapp o correo electrónico y, de esta forma, el empresario reúna toda la documentación que a su vez la remite a la gestoría y de allí pasa de forma también virtual a la "bendita administración".

Este Gobierno se limita a enviar formularios de prometidas ayudas que quedan todas en el limbo de una burocracia virtual , donde no puedes reclamar, y en el mejor de los casos recibes una respuesta similar del tipo: “Su solicitud ha sido enviada”.

Pero eso sí, procura tener todos los pagos al día , entre ellos las cuotas de los seguros sociales correspondientes, porque de lo contrario dicha solicitud se puede convertir en otro virus maléfico que autodestruiría la solicitud enviada incluyendo la "no-reply" oportuna.

* Rosi Gómez Cabedo es propietaria de un restaurante en Castellón de la Plana.

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