Trincheras confinadas

He visto algunas entrevistas del canal en Youtube y espero que los tentáculos del Gobierno, de Sánchez o de Iglesias pretendiendo aplastar a quienes ellos llaman la ultraderecha y tratando de limitar la libertad de expresión o de información no les toque un pelo. El canal es para recomendar, como Oti la Teletienda en ABC. Que sigan. Supongo que no hay que decir que se puede estar en contra de cosas que hace el Gobierno, de Sánchez, de Iglesias, de su parentela, crítico con algunos periodistas o algún medio y no estar en ninguna hermandad. Se puede ser feminista. Amelia Valcárcel lo es. También Irene Montero. Y se parecen tanto como un tigre y un chihuahua. Pero no se trata sólo de la cosa identitaria de ahora. En la segunda ola feminista de los años 70 la gente no reaccionaba al movimiento de liberación de la mujer a favor o en contra. Había matices de toda clase. Los roces tenían que ver con la edad, la raza, con qué fuera ser mujer.

Pero hoy, otra vez, parece imposible ser de una tercera España. Estamos como los noticieros de la Guerra Civil, donde un bando y otro se llamaban de todo. Por parte de los republicanos: fascistas, traidores sin honor, bestias feroces. Por parte de los nacionales: rojos, canallas marxistas, traperos desarrapados del Frente Popular. Mucho «1984» pero en realidad el George Orwell que nos interesa por más realista y cercano es el de «Recuerdos de la guerra de España». Vio informaciones periodísticas que no guardaban relación con los hechos. Y también cómo se daba cuenta de grandes batallas donde no había habido enfrentamiento y se silenciaban otros donde cientos de hombres habían perdido la vida. Igual que Chaves Nogales en el 34 cuando se habían publicado tantos disparates («Tres periodistas en la revolución de Asturias», Asteroide). «Las cosas en su punto. No es verdad que en Sama los revolucionarios se comieran a un cura guisado con fabes; no es verdad que en Ciaño despanzurraran a la mujer de un guardia civil y le hundiesen un tricornio en las entrañas… Es verdad que en Sama fue asesinado un sacerdote; es verdad que en Ciaño cayó muerta a la balazos la mujer de un guardia civil».

En España hay dos bandos. Unos ven todo mentiras en el Gobierno, otros ven bulos en cualquier crítica. Mercedes Milá dice en lo de Cristina Pardo que Díaz Ayuso es «una especie de community manager de un perro» y de Casado suelta que «si no cambia, va directo a la caja de madera». «Simbólicamente», añadió. Pero apuntó algo mejor: «Los españoles no aguantamos las confrontaciones en ninguna trinchera en este momento». ¿Cómo que no? Las aguantamos mejor que el confinamiento. Bette Davis estaría en la gloria. Primer día de rodaje de «Eva al desnudo». Celeste Holm: «Buenos días». Bette Davis: «Vaya, hombre. ¿Buenos modales? ¡Menuda mierda!».