Vivimos como suizos
Erectante
Hay poetas con tanto odio a lo español como algunos de nuestros políticos
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLo que María L. Soto escribe en Zenda del último libro de Máximo Pradera y de él como presunto novelista deja a Alberto Hidalgo en colegiala que pone corazones sobre las íes. Renacimiento, qué alegrías nos da Abelardo Linares, ha reeditado «Diario de mi sentimiento», ... la autobiografía del peruano Alberto Hidalgo (1897-1967). Hay tantas invectivas contra literatos que Umbral no pudo igualarlas ni en su agrio «Diccionario de literatura». Shirley Jackson no escribía con pluma, lo hacía con una escoba. El buen poeta Alberto Hidalgo utilizaba puñales mojados en ponzoña. «Soy sincero hasta hacerme daño». Dice Juan Bonilla que tiene un «encendidísimo odio a todo lo español» (a Quevedo, no). Mira, como tantos de nuestros políticos.
Algunas salían bien paradas. «Todos están enamorados de Victoria Ocampo, y ella merece esa ofrenda, porque es una mujer erectante y caliente…». Cielos, nunca me han dicho algo así. María L. Soto extracta algunas de las frases perpetradas por Pradera: «Optó por hablarme desde la posición erecta». Erectante como un hallazgo y posición erecta como una mamarrachada. Y mi favorita, en boca de un niño de cinco años: «Afirmativo -dijo mi pequeñín-. Y el tío es individuo puntual donde los haya. No acierto a columbrar el motivo de su tardanza». Ni en «Acacias 38» hablan así los niños. Ni los mayores.
Vale que Pradera se lo pone fácil a Soto, pero no le arriendo la ganancia. En el caso de Hidalgo, las presas eran mayores. «Baroja padece de insuficiencia literaria». «Baroja es como si dijéramos un burro inteligente: tiene algunas ideas, pero está ausente de medios para expresarlas, o las manifiesta con torpeza». De Ortega: «Es, ante todo, un seductor por cómo escribe. Escribe por lo menos tan bien como yo». También se cabreó por «la estruendosa adjetivación» con que se recibió a Lorca en Buenos Aires. «Poeta de entonación muy chica, pero de éxito muy grande».
Hidalgo sigue a Rubén Darío en lo de que «A los malos poetas hay que calumniarlos». Pues claro y a los malos políticos. Por lo menos insultarlos como ellos a nosotros.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete