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El catalanismo moderado que nunca existió

«Cuando el nacionalismo no es mayoritario, cuando está inmerso en la edificación de su comunidad soñada y cuando no puede imponerse al poder público de la nación en la que opera, limita sus objetivos a apropiarse progresivamente de palancas de poder con las que acelerar la ‘construcción nacional’. Pero esta estrategia gradual jamás cancela, como ya reveló Elie Kedourie, la meta irrenunciable, que es el Estado propio»

Roberto Villa García

Pocos partidos como la Lliga y pocos personajes históricos como Francisco Cambó han disfrutado de mejor prensa en la historia española del siglo XX. El primero se ha divulgado como el movimiento regionalista modélico, el nacionalismo deseable y no rupturista que añoran muchos constitucionalistas. El ... hecho de que el nombre haya resucitado durante el ‘procés’, esa Lliga Democràtica que busca el nacionalismo con ‘seny’, indica que la imagen persiste en determinadas élites políticas más o menos leídas. Incluso desde la historiografía republicana y socialista, suele presentarse a la Lliga como una especie de ‘derecha civilizada’ y ‘moderada’, el partido centrista de una sociedad desarrollada como la catalana, en contraste con la derecha del resto de España, a la que se tacha en general de reaccionaria y repleta de pulsiones autoritarias.

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