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Horizonte

Hasta las gónadas

De manifestaciones en Vallecas, Alcorcón o Carabanchel, ni palabra en TVE-1. Es más difícil hablar de pijos allí

Ramón Pérez-Maura

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Confieso -con alguna vergüenza- que hace algo más de un mes mi colega de ABC Angie Calero me animó a ver una serie que está emitiendo Atresplayer Premium, jugando con mi vanidad: «El protagonista en el papel del ministro -Abel Folk- se parece mucho a ... ti», me dijo. Le hice caso, claro. Me di de alta en esa plataforma -por menos de cinco euros y en pruebas un mes. La serie es descrita por la prestigiosa lista «The Wit» como «una de las ficciones más destacadas de la temporada». Protagonizada por Unax Ugalde y las Molina madre e hija, Ángela y Olivia, se narra una distopía en la España de 2045. Un cuarto de siglo antes, en este 2020, hubo una pandemia en todo el planeta provocada por un choque militar -es verdad que no dicen si a partir de un laboratorio chino- que extendió un virus mortal. Para controlar ese virus, en España se da en 2020 un golpe de Estado que establece un estado de emergencia -¿les suena?- y por el bien de toda la población, a la que tanto quiere el presidente, se les van restringiendo los derechos a los ciudadanos. Los viajes hay que hacerlos por carretera, antes de llegar a las ciudades las autoridades hacen un control de cada viajero, y con la excusa de la pandemia la represión es cada vez mayor. Llegamos a un punto en que en cada edificio hay un vecino, miembro del partido, que espía a los demás propietarios y denuncia lo que hacen que no le parece conveniente. Quizás esa figura esté puesta para disimular un poco y decir que se denuncia todo totalitarismo por igual, pero lo cierto es que viendo la serie no hay la más mínima duda de que cuando Atresmedia TV la grabó se pretendía denunciar una imaginaria dictadura caricaturizada como «de derechas». Porque las otras no existen para el duopolio televisivo actual. En la bandera española se ha sustituido el escudo por un símbolo que no es opuesto a la cruz gamada, la policía tiene un uniforme negro parecido al de las SS, y por si hay alguna duda, el dictador exhibe con orgullo en su despacho un trozo de piedra que pudo salvar del Valle de los Caídos tras su demolición.

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