Horizonte
La abstención no valía
Trump y Sánchez son dos caras de la misma moneda
El Gobierno español cada vez se parece más al de Donald Trump: quieren negar que hubo quien perdió una guerra civil. En Estados Unidos estos días se están retirando de instituciones públicas banderas del bando confederado que perdió la Guerra Civil de 1860-65. También ... múltiples estatuas como la del general Robert E. Lee, que rindió el sur confederado al general Ulysses S. Grant en Appomattox el 9 de abril de 1865. Han pasado 155 años y ahora se retiran todos los recuerdos del bando perdedor en aquella contienda fratricida -con la oposición del presidente Trump-. Aquí en 2007 el Gobierno decidió que había que acabar con cualquier vestigio de que hubo derrotados en 1939 y desde entonces la izquierda se empeña en demostrar que el bando perdedor es en realidad el ganador. Dos caras de la misma moneda.
Ayer se votó en el Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley (PNL) presentada por la coalición gobernante -y complementada por ERC, Bildu y otros- aparentemente a favor de revocar las condecoraciones otorgadas al policía Billy el Niño. Ante un planteamiento tan simple, yo mismo hubiera votado a favor -de haber tenido derecho a hacerlo-. Pero esa PNL tenía otras intenciones. Más que nada porque ese sujeto está ya muerto y enterrado, acaba de fallecer cobrando las prestaciones económicas que llevaba aparejada la condecoración y a sus herederos dudo que vayan a su casa a incautarles la medalla que acabará a la venta en el Rastro por no más de 10 euros.
Lo de ayer es un ataque más a la Transición. Es decir que la amnistía que decretó el Rey Juan Carlos cuando tenía poderes absolutos no valía. Es decir que nuestra Constitución no debe ser reformada sino que hace falta una nueva. Porque los promotores de esa PNL creen que los más de cuarenta años de pacífica convivencia y progreso -sólo ensangrentados por algunos promotores de esta proposición- no valen porque la democracia en una Monarquía Constitucional no les resulta aceptable. Hay que arrasar con todo. Hace falta una Constitución diferente. Ya lo advirtió la víspera el ministro de Justicia hablando de «crisis constituyente». Lo pudo haber dicho más alto, pero no más claro.
El diputado del PP Luis Santamaría hizo una brillante argumentación para justificar el «no» a la PNL. Igual que la hizo en su día Pablo Casado para rechazar la enésima prórroga del Estado de alarma. Y como entonces, ayer el PP volvió a abstenerse dejando a Vox en soledad en su oposición a esta PNL que es un esbozo de la revolución que busca Podemos y a la que se ha subido el sanchismo-leninismo. En la misma proposición aparentemente contra Billy el Niño se incluyó un punto pidiendo la «elaboración de un catálogo de títulos nobiliarios concedidos entre 1948 y 1978» para su supresión. ¿Sabría alguien explicarme qué tienen que ver esos títulos con el policía torturador? ¿Le dieron un marquesado a Billy? No, claro que no. Ésta es la prueba del algodón de que hay que acabar con esta democracia en la que el Rey reconoció, por ejemplo, en mayo de 1977 el papel en la traída de la democracia de Torcuato Fernández-Miranda otorgándole un ducado.
Y por si alguien todavía lo duda, no haya lugar a equívocos. Para esta patulea no hay diferencias entre nobleza y realeza. Todo les parece igual de despreciable. Al Rey Juan Carlos lo restauró en el trono Francisco Franco, nos guste o no. Lo nombró sucesor a título de Rey. Así que ya sabemos quién está en el objetivo.
Menos mal que ayer hubo un único diputado del PP con altura de miras que tuvo los arrestos de votar «no»: Adolfo Suárez Illana.