Perdigones de plata
El viejo Clint
Mientras en la oxidada Europa una porción de la ciudadanía prefiere optar por la paguita de sopa boba, míster Eastwood sólo aspira a seguir currando
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Iniciar sesiónEntre aquellos críticos ochenteros primaba la miopía. La movida les pilló con el pie todavía anclado a la guitarra de los cantautores algo pelmas. Rara vez se jugaron el cráneo bajo la porra de un gris y por eso contra Franco vivían mejor. Sus elucubraciones ... de barra de bar, al menos, tenían cierto sentido y se dedicaban a impartir justicia cultureta. Acaso esclavizados por su resentimiento, pues se creían destinados a levantar grandes cumbres artísticas, distorsionaron su paladar. A Clint Eastwood lo catalogaron rápido de ‘facha’ cuando el término no estaba tan desgastado y aquello suponía un blasón de infamia.
Su profundo sectarismo les incapacitó para disfrutar del Clint actor en la saga de Harry el Sucio o, también bajo la batuta de Don Siegel, en la magnífica ‘La jungla humana’. Tampoco apreciaron el Clint director de ‘El fuera de la ley’ o ‘El jinete pálido’. Nada, seguían sin enterarse. Quizá ‘Bird’, por aquello del jazz, les espabiló unos segundos, pero les duró muy poco. Se rindieron cuando ‘Sin perdón’, pero a esas alturas resultaba difícil perdonar a tanto crítico merluzo y además luego ignoraron la poesía de esa obra maestra titulada ‘Un mundo perfecto’. Al fin y al cabo, ¿qué se podía esperar de ellos si hasta se les escapó ‘Blade Runner’? El viejo Clint gasta 91 años, mantiene el ceño fruncido, la mirada de mandarín, el cuerpo fibroso, la voz aflautada y ese eterno aire de ‘a mí no me tose nadie’. «Quiero pasar el tiempo trabajando», ha dicho. Mientras en la oxidada Europa una porción de la ciudadanía prefiere optar por la paguita de sopa boba, por el subsidio que te jibariza hacia la mediocridad, por la molicie a costa del Estado, por la subvención chanchullera, míster Eastwood, el de los 91 tacos, sólo aspira a seguir currando. Más fachas como él necesitaríamos para escapar de esta insoportable laxitud tontorrona que nació con aquellos críticos progres. Ni siquiera comprendieron que ‘El sargento de hierro’ representaba un bromazo de caspa y fuego.
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