Perdigones de plata
Conservadores
Cuando un refulgente cacharro mecánico pide que me actualice, desconfío de inmediato
Cuando una mañana los chismes electrónicos te piden ‘actualizar’ sus entrañas de metal me siento como el nativo de una tribu perdida que huye ante la cámara de un audaz fotógrafo porque teme que esta le robe el alma. Cuando la tableta o el móvil ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete