Suscribete a
ABC Premium

La tercera

Paz, piedad, perdón

«Cuando Azaña había ejercido el poder, jamás comprendió y nunca tuvo misericordia, ni concedió cuartel al adversario, se lo impedía la soberbia y el miedo patológico, y con su actuación imprudente e irresponsable, en un mundo irreal creado por sus prejuicios, no fue el único pero sí el principal de los causantes de la tragedia con Francisco Largo Caballero, socialista bolchevique, el Lenin español que adelantó al PCE por la izquierda»

Rafael de Mendizábal

Haría falta más de un año para que saltara a las linotipias y las ondas una tercera frase. El 8 de enero de 1933 los anarquistas amotinados en Casas Viejas intiman al sargento comandante del puesto de la Guardia Civil para que se rinda y, ... al negarse, es muerto con otro guardia, quedando herido un tercero. Los refuerzos, enviados inmediatamente desde Cádiz, pacifican el pueblo, salvo la choza del Seisdedos, que se hace fuerte con cinco hombres, dos mujeres y un niño, respondiendo a tiros cada vez que se intentaba parlamentar con ellos. Poco después llegó una compañía de Guardias de Asalto, el cuerpo policial armado de la República, creado por Muñoz Grandes, que incendiaron la cabaña, muriendo los seis hombres y salvándose los demás.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia