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¿QUIÉN TEME A LA LITERATURA HOMOSEXUAL?

POR JOSE MARÍA POZUELO YVANCOS

¿Pero existe la literatura homosexual? Ésa es la primera pregunta que conviene hacerse, porque en este territorio hay demasiada banalización y el fenómeno gay y lésbico que ha sufrido durante siglos la estigmatización o la censura, explícita o implícita, ... tiene ahora en el reverso a su peor enemigo: la creciente conversión de lo homosexual en un «tipo» de consumo, en unas estanterías concretas, donde lo homosexual define escrituras, pero también jerarquías, y no para homologarse siempre según sus índices de calidad o no calidad, sino en el sentido contrario, para definir su diferencia, en el caso paradójico de una entidad, como si ser gay o lesbiana pudiera convertirse en una marca, del mismo modo que un barrio, que un día del orgullo o fenómenos parecidos de escaparatismo. Hay editoriales, Egales y Odisea, especializadas en tal temática, y multitud de revistas o sitios webs. Y es un fenómeno que irá a más. Desde hace un par de décadas sostiene una importante línea de estudio en las universidades americanas, albergada dentro de lo que se conoce como «cultural studies», con especializaciones concretas en «gay studies, lesbian studies» o más recientemente en la creación de la categoría como «queer studies», que estudia las formas de heterodoxia sexual en sus manifestaciones textuales. Si uno visita la librería Barnes & Noble, frente al Lincoln Center en Nueva York, encuentra tres paredes de estanterías dedicadas a esta zona del ensayo académico y cultural. Y el grito de Harold Bloom reivindicando el canon clásico tiene que ver mucho con esta nueva ordenación del canon, de lo que puede (o no) o debe (o no) estudiarse.

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